Antes de que The Jinx derivara en la detención y juicio del magnate y presunto asesino Robert Durst, y que The Keepers provocara que se reabriera el caso de la fallecida hermana Cathy Sesnik, el documentalista Errol Morris conseguía algo inédito: un año después de su estreno en 1988, la nueva evidencia presentada en su filme La delgada línea azul consiguió que Randall Adams, un hombre condenado a muerte y que había pasado casi dos décadas en prisión, fuera liberado.

El impacto en la vida real del documental de Morris (69), más el particular estilo narrativo con el que el ganador del Oscar ha desarrollado su carrera, lo han llevado a ostentar en más de una ocasión el título del documentalista más influyente de todos los tiempos. A través de un sistema experimental, en el cual entrevista a sus sujetos de interés pidiéndoles que miren directamente al lente de una cámara en la que proyecta su cara, Morris se ha caracterizado por su capacidad de obtener testimonios crudos y honestos.

Su última entrega, la serie documental Wormwood, es compleja de definir. Estrenada por Netflix el 15 de este mes, en los últimos días la conversación en torno a la producción sólo ha ido aumentando, con parte de la prensa especializada tildando el proyecto de "revolucionario" para el género. Cuenta la historia de Frank Olson, un bioquímico de la CIA que se suicidó en 1953, para que 22 años más tarde se revelara que había sido expuesto contra su voluntad a dosis de LCD por la agencia, como parte del proyecto MK Ultra, que investigaba mecanismos de control mental a través de las drogas. El consumo de la sustancia es lo que habría llevado Olson a lanzarse desde un hotel, por lo que el caso pasó a ser investigado como homicidio.

Para algunos, Wormwood no es un documental ni una serie de ficción, sino una compleja mezcla de ambos géneros: la historia mezcla entrevistas y material de archivo real, con recreaciones a cargo de un elenco de prestigio encabezado por Peter Sarsgaard. Pero el uso de ese recurso no es lo que la hace especial; después de todo, Morris ha utilizado recreaciones en varios de sus trabajos. Es como el documentalista genera una atmósfera lúgubre, con la que el mismo realizador ha afirmado busca que el espectador "se cuestione qué es real y que no", dando lugar a un verdadero thriller paranoico de la vida real. Desde ya se anticipa que la producción podría llevar a Netflix nuevamente a los premios Oscar.