Es la única candidata de la DC que no tiene una fotografía de campaña con la abanderada presidencial de su partido, Carolina Goic. Sin embargo, Yasna Provoste -actual diputada y postulante a senadora por la Región de Atacama- asegura que más que un hecho revelador, se trata de un hecho circunstancial. "El día que fue la fotografía nosotros estábamos trabajando en la Comisión de Educación", señala, y adelanta que antes de fines de octubre Carolina Goic volverá a visitar la región que Provoste pretende representar en la Cámara Alta.

Ex ministra y ex intendenta, Provoste simboliza a ese sector de la DC que se siente cómodo en la Nueva Mayoría, que es bacheletista y que aboga por reforzar las alianzas con todas las figuras de la centroizquierda con tal de no ceder terreno a la derecha. De hecho, ella ha recibido apoyo de dirigentes transversales en su región, desde el PS -que le valió una pugna con los comunistas- al PRO, e incluso de integrantes del Frente Amplio, como Pamela Jiles. Desde esa posición, la diputada DC llama urgente a la unidad de la centroizquierda y pide un acuerdo ya para apoyar a quien pase a la segunda vuelta presidencial.

Usted firmó una carta, "Para seguir construyendo", en que junto a un grupo de dirigentes partidarios, diputados, piden que haya un acercamiento entre las candidaturas de la centroizquierda antes del 19 de noviembre con miras a un acuerdo. ¿Cuáles fueron sus motivaciones para firmar esa carta?

Esa carta la firmamos con la más absoluta convicción. Creo que nosotros aprendimos, desde la recuperación de la democracia, que solo es posible conquistar estos caminos con unidad y con la unidad de la centroizquierda y, por lo tanto, todos aquellos que forman parte de este propósito no tenemos que dejar de hacer ningún esfuerzo por volver a reconquistar esta unidad. Yo estoy convencida de que la noche del 19 de noviembre todos tenemos que ponernos tras la candidatura que enfrente a la derecha y estoy también convencida de que la noche del 19 de noviembre debemos volver el cauce hacia donde nunca debió haberse perdido: el cauce de la unidad de la centroizquierda, de trabajar por las reformas que aún siguen pendientes en nuestro país. Creo que esto se hace con más unidad, con una definición clara y explícita de que todos trabajaremos por la candidatura que resulte electa y que permita enfrentar a la derecha. La candidatura de la derecha ha señalado que ellos quieren retroceder respecto de la gratuidad, que ellos quieren mantener un sistema injusto de pensiones y yo estoy convencida de que la gran mayoría de los chilenos y chilenas no está en esa disposición.

Usted plantea ponerse de acuerdo, pero el propio vicepresidente de la DC, que actualmente está como presidente subrogante, Matías Walker, dijo que no tenían nada que hablar con Alejandro Guillier antes del 19 de noviembre.

Yo en eso insisto y de alguna forma lo que ha estado ocurriendo en la Región de Atacama tiene que ver con lo que nosotros queremos proyectar para el resto del país. Eso es avanzar con más unidad, con más capacidad de diálogo, con más capacidad de entendimiento, con la misma convicción y voluntad con que nosotros fuimos capaces de unirnos, a pesar de nuestra diferencia para recuperar la democracia.

¿Esperan que la mesa cambie su postura? ¿Van insistir de otra forma?

Yo no formo parte de la mesa directiva, desconozco las deliberaciones que ahí se han tomado. Lo que sí nosotros podemos señalar es que lo que uno recibe permanentemente en el contacto con la ciudadanía es un mensaje de mayor unidad y creo que las lecciones aprendidas del pasado tenemos que mantenerlas vigentes y que solo a partir de la unidad es que es posible lograr propósitos importantes para el país.

Los que han defendido la opción de definir los eventuales apoyos para la segunda vuelta después del 19 de noviembre creen que empezar a conversar con el comando de Alejandro Guillier es una señal de debilidad de la candidatura de Carolina Goic. ¿Cómo ve eso?

Yo creo que la capacidad de dialogar nunca puede ser vista como una señal de debilidad. Muy por el contrario, creo que hoy día nuestra sociedad requiere de mayores esfuerzos en materia de unidad.

¿Qué sentido tendría haber levantado una candidatura propia -como hizo la DC con Goic-, no participar en las primarias y después apoyar inmediatamente al candidato con el que sí podría haber competido en la primaria?

Fue una decisión del órgano máximo y superior de nuestro partido, la Democracia Cristiana, en la junta nacional, y yo en eso soy respetuosa de aquello, pero vamos a trabajar incansablemente para que la derecha no llegue a gobernar, porque tal como ellos lo han expresado, no es solo por un período, sino que a lo que ellos aspiran es a que esto se prolongue al menos por ocho años y nosotros ya conocemos lo que ellos representan. Entonces, bueno, lo que hoy nosotros tenemos que establecer es que efectivamente debemos trabajar cada uno de nosotros por sus propias candidaturas, y la noche del 19 todos ponernos tras la candidatura que enfrente a la derecha.

Otro de los argumentos que ha planteado la mesa es que lo que hay que hacer ahora es trabajar por las candidaturas y asegurar que haya segunda vuelta, evitando un triunfo de Sebastián Piñera en primera vuelta. ¿Comparte ese análisis?

Mire, yo insisto en que lo que está en juego en estas elecciones es muy importante para el país. Tiene que ver con la sociedad en la que queremos vivir y la que queremos heredar a nuestros hijos. Lo que se juega en la noche del 19 de noviembre es si queremos seguir avanzando en gratuidad universitaria, si queremos reformar el sistema de pensiones, si queremos avanzar en más derechos para las mujeres, los trabajadores.

¿Usted sería partidaria de apoyar a Alejandro Guillier si es él quien pasa a segunda vuelta?

Yo he señalado que nosotros tenemos que ponernos tras la candidatura que pase a segunda vuelta, sea esta la de Carolina Goic, la de Alejandro Guillier, la de Beatriz Sánchez, la de Marco Enríquez-Ominami... Es decir, las candidaturas que representan a la centroizquierda y que enfrenten a la candidatura de derecha.

O sea, implicaría otras alianzas, una reconfiguración entera de la centroizquierda en caso de que pasara Beatriz Sánchez, por ejemplo. ¿Se plantearon eso?

Creo que aquí, más que hacer una ficción, la realidad es que cuando fuimos capaces de derrotar a la dictadura fue porque nos unimos todos y yo creo que esa es la lección que hoy día tenemos que tener muy presente para los tiempos que vivimos.

Este acuerdo de apoyo para la segunda vuelta que usted promueve, ¿es el mismo para cualquiera de las candidaturas de la centroizquierda que pase al balotaje?

La Democracia Cristiana ha dicho que a través de su máximos órganos, el consejo nacional y la junta nacional, va a deliberar aquello. Lo que hemos hecho como grupo de militantes es plantear nuestra postura y, obviamente, lo que vamos a buscar es que estos órganos puedan estar en esa dirección. La DC, y lo ha dicho la propia abanderada presidencial, tiene su domicilio político en la centroizquierda y, por lo tanto, nos parece que es de toda lógica buscar y alcanzar mayor unidad de nuestro bloque y poder alcanzar también un triunfo en las próximas elecciones presidenciales.

¿Pero ese acuerdo sería igual para cualquiera de las candidaturas? No es lo mismo si quien gana es la candidata del Frente Amplio, que está fuera de la coalición actual.

Bueno, cuando nuestra candidata presidencial definió que el domicilio era la centroizquierda, no se hizo una distinción de aquello. Por lo tanto, yo entiendo que hoy quienes estamos en los partidos de la centroizquierda vamos a apoyar la candidatura que enfrente a la candidatura de derecha en esta elección. Yo creo que en esto no debiera haber vacilaciones respecto de lo que fue la propia intervención de la candidata en la junta en la que fue proclamada en señalar con mucha claridad que el domicilio político de la DC es la centroizquierda.

Es más o menos evidente que una parte del partido se ha mostrado menos disponible a votar por Alejandro Guillier y se ve difícil también pactar para un apoyo en caso de que sea él quien pase a segunda vuelta. ¿Cómo ve ese escenario? ¿Cree que pueda haber un quiebre dentro del partido a partir de la decisión que se tome?

Durante distintos momentos muchos han anticipado quiebres en la DC, y lo que nosotros hemos visto es cada vez mayor trabajo unitario. Creo que lo que ocurre en la DC es lo que nosotros esperamos al interior de todas las fuerzas progresistas de nuestro país: más unidad, más conversación, más diálogo y mayor disposición a derrotar a la derecha. Yo espero que en eso la DC no tenga ninguna duda en hacer lo que tenemos que hacer por el bien de nuestro país. Esa es la tarea en que los democratacristianos, no tengo ninguna duda, vamos a estar enfocados.

¿Le parecería una acción válida que exista libertad de acción en su partido para el apoyo en segunda vuelta?

En esto quiero insistir: lo que nosotros nos jugamos en estas elecciones presidenciales es de enorme profundidad respecto del tipo de sociedad en la cual queremos participar y queremos heredar a nuestros hijos, y en eso no hay posiciones ambiguas. Lo que nosotros esperamos es que aquí todos seamos capaces de trabajar por más unidad de la centroizquierda, porque solo esa unidad es la que nos permite derrotar a la derecha.

Pero las convivencias en la centroizquierda no han sido fáciles. Por ejemplo, la convivencia que ha tenido la DC con el PC en un mismo conglomerado ha sido compleja, ¿cree que es posible que se siga sustentando?

Yo creo que aquí esta coalición se inscribe bajo la diversidad, una diversidad que tiene propósitos comunes. En la medida en que sigamos teniendo propósitos comunes, podemos convivir todos aquellos que, a pesar de nuestras diferencias, somos capaces de trabajar en unidad en las tareas que el país requiere.

Eso lo vemos en la III Región. Cuando fuerzas tan distintas apoyan nuestra candidatura, lo hacen porque tenemos una causa común, un sueño en común, que es trabajar por una mejor región, que brinde más oportunidades. Cuando vemos que en nuestra región, tras nuestra candidatura, se logran unir fuerzas tan diversas como el PRO, dirigentes del PPD, el PS en la Región de Atacama, la Izquierda Ciudadana, el MAS y, obviamente, la propia DC, uno dice "sabes qué, esto es posible, es posible esta reconstrucción, es posible recomponer este cauce a un lugar que nunca debió haberse perdido".

Hay gente que dice que la Nueva Mayoría ya está muerta. ¿Usted cree que es así?

Yo lo que creo es que hoy sigue tan viva como antes la necesidad de que las fuerzas progresistas se mantengan unidas en tareas que están aún pendientes, que siguen siendo una causa común.

Pero su contienda en la Región de Atacama con el candidato del PC Lautaro Carmona-que también está en la Nueva Mayoría- ha sido emblemática en esta parlamentaria.

Mire, qué buena su pregunta, porque yo no centralizo mi campaña en mi oponente. Yo lo que tengo que ganar es al conjunto de esa lista. La tarea es aún más difícil, pero con la fuerza que caracteriza a la gente de nuestra región, a quienes hemos nacido, hemos crecido allí y con el apoyo que humildemente les pedimos a nuestros vecinos y vecinas de la región, estamos más seguros de poder alcanzar esa realidad.

El hecho de que el Partido Socialista de su región le entregó su apoyo a usted en desmedro de Carmona abrió una pugna entre el PS y el PC, porque no era parte del acuerdo que tenían. ¿Cómo ha visto esa pelea?

Nosotros hemos recibido con profundo agradecimiento el apoyo que nos ha entregado el Partido Socialista en la región en una definición del consejo regional, en donde no fue un proceso espontáneo, sino que hubo mucha deliberación. Ellos ya en un consejo anterior habían tomado la decisión de conversar con diferentes candidaturas, entre ellas la nuestra, y luego votaron y tuvimos un amplio apoyo.

Yo creo que la experiencia que hoy se vive en Atacama es que no es posible hacer acuerdos cupulares, no es posible hacer acuerdos nacionales sin la participación de las bases. Eso es una experiencia que todos tenemos que tomar en consideración, porque el país, incluidos los partidos políticos, avanza a una mayor descentralización.