Con bigote, barba de chivo y un peinado distinto al de su hermano Edward, el marchista Yerko Araya, deportista del Team Chile clasificado a la marcha atlética de 20 kilómetros de los Juegos Olímpicos de Río, no deja tan claro que es su gemelo. “Si lo dejas sin barba y con otro peinado, son idénticos”, aclara Guido Núñez, técnico de los hermanos Araya, que van por su segunda aventura olímpica consecutiva.
Y cuando están en marcha, aunque compitan en distancias diferentes (Edward está en los 50 kilómetros), vuelven a mostrarse como gemelos entrenando continuamente uno al lado del otro. “Aunque les diga que vayan a ritmos distintos, insisten en andar juntos”, sostiene Núñez.
Para Yerko, la presencia de su hermano es fundamental. “¡Tengo a mi rival en todos lados! Tratamos de superarnos, y eso es bueno porque fomenta la competencia”, expresa, a lo cual Edward agrega: “¿Qué mejor que ser gemelos para comparar técnica? Es entretenido y motivante”.
Son seis días a la semana destinados a entrenar, período en el cual recorre entre 150 y 220 kilómetros distribuidos entre 14 y 17 sesiones de entrenamiento. Sumadas a 45 minutos de natación, tres días por semana, y esporádicos entrenamientos físicos con pesas y sentadillas, con mayor concentración en las pretemporadas de diciembre.
Y, agregando más actividad a su agenda, están los entrenamientos a otros marchistas del Club Trotamundos (con el cual también entrena) y sus clases de educación física en la Escuela Gabriela Mistral. “Yo y mi hermano damos clases, por ejemplo, de las 13 hasta las 15.15 o 15.30, y luego estamos liberados para entrenar”, relata Yerko. Así, se da el tiempo de preparación para representar a Chile y a su región.
Las fotos muestran a Yerko y su hermano en la Pista Atlética del Estadio Nacional, pero la capital no es su principal escenario. Ariqueño de corazón, centra su vida en la capital de la XV Región.
“Cuando creces en Arica te das cuenta de que el centralismo existe y que, pese a los que digan, no se va a acabar. Todo el que vive en los extremos del país se siente abandonado en cuanto a la capital. De hecho, la gente que vive allá dice ‘defiendo los colores de Arica’. Y yo represento a Chile y Arica”, expresa.
Además de ser la ciudad donde nació como deportista, es donde se desarrolló junto a su hermano. Pero aunque convivan mucho, hay vivencias que distinguen sus preparaciones. En su caso, Yerko fue como un ratón de laboratorio durante dos meses en Australia.
“Postulé a una beca para entrenar allá y someterme a estudios de nutrición. Si al día comía tres kilogramos de alimento, terminé comiendo 1,2 o 1,3 en un alto nivel de entrenamiento”, recuerda Araya, quien valora la experiencia: “Sometí mi cuerpo a un nuevo estrés”.
De hecho, allá hizo la marca para clasificar a Río y un récord nacional, al concluir los 20 kilómetros del Race Walking Challenge en Adelaide con un tiempo de 1.21’26’’.
Además, ese período influyó en su combate contra las descalificaciones. Un marchista abandona la pista cuando tres jueces distintos dan una tarjeta roja cada uno por falta del deportista, y él vivió esa situación en los Panamericanos de Toronto. “Si un marchista te dice que no ha sido descalificado alguna vez, está mintiendo”, plantea Yerko.
Ahora, en tanto, considera que su mayor fortaleza está en la técnica de su deporte. “Debes tener un pie en el piso, y el pie debe llegar al suelo con la rodilla recta”, explica Núñez. Y al cuidado con la forma de marchar, debe incluir el desarrollo de velocidad y resistencia.
“He mejorado la mecánica del movimiento: en los pasos, la zancada, la postura, la posición de hombros y brazos. Entrené con muchos colegas, vi el estilo que tenían y conversé con ellos. En Chile no convivo con muchos marchistas, y en Australia éramos 35”, sostiene. “Pero debo aumentar mi velocidad. Tiendo a bajarla del kilómetro 12 al 15, y vuelvo a tener un alza desde el 16 hacia adelante”.
Además del viaje a Australia y el aporte de Edward, también le ha ayudado la marchista salvadoreña Verónica Colindres, su esposa y madre de su hija, Alexandra.
“Ella tiene ojo técnico, y me ayuda a tomar los tiempos. También está encargada de vigilar mi dieta, ver bajas de peso... Y antes que naciera mi hija, tendía a ponerme medio flojo. Ahora tengo una familia que cuidar”, sostiene.
Ahora, le queda muy poco por competir hasta llegar a Brasil. “Como el plan olímpico está muy acotado, tengo una fecha del circuito mundial en Roma, el 7 y 8 de mayo, y después los Juegos. Siempre quiero estar en el top 15 del mundo, y buscaré bajar la marca de 1.21’ o acercarme a la 1.20’”, dice.
Cuando esté en la pista de Río, su esposa, hermano gemelo, familia, región y país estarán atentos. Y él sabe que entrena para su campaña y por todos aquellos con los ojos puestos en sus pasos.
Yerko Araya
Marchista, categoría 20 kilómetros. Participó en los JJ.OO. de 2012, en Londres. Medallista de plata en el Sudamericano de Atletismo de 2009, en Lima, y bronce en la edición de 2011, en Buenos Aires. Tercero en el Sudamericano de Marcha de 2010, en Cochabamba.