Zelaya acusa a EEUU de cambiar de posición "a última hora"
El mandatario derrocado aseguró que el gobierno de Barack Obama "se debilitó ante el dictador".
El derrocado presidente hondureño Manuel Zelaya acusó el jueves a Estados Unidos de haber cambiado de posición "a última hora", luego de que un funcionario estadounidense dijo que las elecciones planeadas para fin de mes son "parte de la solución" a la crisis institucional.
Zelaya dijo a la radio Globo que Estados Unidos "a última hora se ha manifestado de que va a esperar el proceso electoral porque cambiaron de posición a media corrida".
"Estados Unidos se debilitó ante el dictador", agregó, en referencia al presidente golpista Roberto Micheletti. "Imagínese, la potencia se debilita y el dictador se fortalece".
La reacción de Zelaya se produjo luego de que Micheletti dijo el jueves que la visita del subsecretario estadounidense adjunto para el Hemisferio Occidental, Craig Kelly, le dio esperanza a su gobierno de que Estados Unidos podría reconocer los comicios del 29 de noviembre. Kelly buscaba salvar el acuerdo Tegucigalpa-San José, que restituiría a Zelaya al poder y que está pendiente en el Congreso hondureño.
Al final de su visita de dos días, Kelly dijo que para el gobierno del presidente Barack Obama las elecciones en Honduras son "parte de la solución" a la crisis.
"La presencia de Kelly nos ha dado grandes esperanzas sobre la posición de Estados Unidos. Estamos esperanzados en que Estados Unidos reconozca el resultado de las elecciones al igual que el resto del mundo", dijo Micheletti al visitar la sala de periodistas de la sede presidencial.
"Los norteamericanos han ratificado que aceptarán los resultados de las elecciones si son libres y transparentes, como esperamos que sean", agregó.
Zelaya rechazó esos argumentos al decir que "las naciones del mundo, incluyendo los propios Estados Unidos, estrictamente quieren (la) restitución (de Zelaya al poder) y manifiestan su condena al golpe de Estado".
Micheletti también afirmó que, según información de la inteligencia militar y policial de su país, habría grupos de Venezuela y Nicaragua que buscarían interferir con las elecciones.
"Tenemos conocimiento de que fuerzas externas están planificando boicotear el proceso electoral", dijo. "En ese sentido, ya estamos investigando... y el Ejército me informó sobre la pretensión de venezolanos y nicaragüenses de obstaculizar las elecciones".
Otra funcionaria estadounidense, la congresista demócrata Jan Schakowsky, también visitó el país y dijo que hubo en Honduras un incremento de abusos a los derechos humanos tras el golpe de Estado de junio.
Schakowsky, que concluía el jueves una visita de tres días, afirmó en una rueda de prensa que "el presidente electo debe ser restituido y el Congreso debe tomar acciones".
Los 128 diputados deben votar si restituyen o no a Zelaya en cumplimiento del acuerdo firmado por él y Micheletti, que sigue en suspenso.
Zelaya rechazó que el gobierno de reconciliación que plantea el documento fuese encabezado por Micheletti. Además, ha dicho que si no es restituido no reconocerá las elecciones y ha instado a la comunidad internacional a que tampoco lo haga.
Micheletti reiteró la noche del jueves que está dispuesto a dimitir si Zelaya desiste de ser restituido y dice que quiere asilo en "cualquier país" y que se retira "de toda la actividad. Ese día, renuncio".
Schakowsky se entrevistó con el mandatario derrocado en la embajada de Brasil, donde se encuentra refugiado desde el 21 de septiembre.
También se reunió con organismos defensores de los derechos humanos, familiares de víctimas, sectores empresariales y el canal 36 de televisión, un medio afín a Zelaya y que fue temporalmente cerrado por el gobierno de facto.
Dijo que las reuniones con familiares de víctimas "fueron muy dolorosas".
Mencionó que conoció al padre de un obrero que murió el 5 de julio durante una protesta contra el golpe de Estado en los predios del aeropuerto.
También conversó con el esposo de Wendy Avila, una mujer que sufría de asma y que murió en una manifestación donde fueron lanzados gases lacrimógenos a comienzos de octubre. La mujer "murió por la nube de gases que tuvo que inhalar", expresó.
Asimismo, mencionó que conoció un informe que elaboró el Comité de Familiares de Detenidos y Desaparecidos sobre "muchas personas que habían sido detenidas sin procedimientos legales".
"La conclusión es que desde el 28 (de junio) ha habido una escalada de los abusos de los derechos humanos", dijo Schakowsky.
El Frente Nacional de Resistencia Contra el Golpe de Estado sostiene que más de un centenar de personas han muerto desde el derrocamiento de Zelaya. "Luchamos por la constituyente y esta lucha la vamos a ganar se oponga quien se oponga, porque la sangre de más de 126 muertos no se olvida", dijo el Frente en un comunicado reciente.
La cifra oficial de muertes vinculadas a las manifestaciones tras el golpe de Estado es de tres y las autoridades aún mantienen abiertas las investigaciones de esos casos.
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