El derrocado Presidente hondureño Manuel Zelaya, calificó hoy de represalia equivocada y de acusación falsa la petición que la fiscalía de su país hizo ayer a los tribunales para ordenar su arresto y el de cuatro de sus colaboradores por corrupción.

"Esos actos son represalias equivocadas como respuesta a las posiciones de los estados latinoamericanos en la cumbre (de México), que no dio participación al gobierno de (Porfirio) Lobo", dijo Zelaya en un comunicado enviado el jueves desde República Dominicana, donde se refugió el 27 de enero.

"En el exilio y ante las injurias, calumnias y acusaciones falsas y tendenciosas, hoy los mismos autores del golpe presentan en mi contra acciones de clara persecución política", señaló Zelaya, quien fue derrocado por un golpe militar el 28 de junio del año pasado.

Además, el ex mandatario acusó al actual Presidente del país, Porfirio Lobo de "tomar venganza personal y recrudecer la persecución política" en su contra, "olvidándose de la reconciliación nacional".

La fiscalía encausó ayer al Presidente derrocado por tres nuevos delitos, junto a cuatro de los que fueron sus funcionarios: fraude, falsificar documentos públicos y abuso de autoridad.

La acusación ante los tribunales es por supuestos desvíos, en septiembre de 2008, de alrededor de US$ 1,5 millón del presupuesto del Fondo de Inversión Social, para ser utilizados en gastos de propaganda para promover la convocatoria a la asamblea constituyente que finalmente causó su caída.

A esto, se suman los otros cuatro cargos que Zelaya enfrenta desde agosto: atentar contra la forma democrática de gobierno, traición a la patria, usurpar funciones públicas y abuso de autoridad.

El congreso unicameral aprobó en enero una amnistía general que abarca a todos los protagonistas del golpe de Estado del 28 de junio de 2009. Para gozar de ese perdón legislativo, Zelaya debe presentarse a la justicia al retornar a Honduras.