El Presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, dijo hoy que el virtual gobernante electo, Porfirio Lobo, no podrá desarrollar una buena administración si no logra un acuerdo de gobernabilidad con los sectores involucrados en la crisis que vive su país tras el golpe de Estado del 28 de junio.

"El gobierno nuevo que se instala el 27 de enero no podrá operar sin un acuerdo de gobernabilidad con todas las partes involucradas en este proceso", indicó Zelaya a Radio Globo desde la embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde permanece sitiado por la policía y el Ejército desde el 21 de septiembre.

Agregó que la preocupación de muchos países es que haya pronto una salida a la crisis que se derivó del golpe de Estado en el que los militares lo desalojaron del poder.

"La actitud de los gobiernos es de preocupación, debe haber solución, no podemos vivir en ilegitimidad permanente", agregó.

Zelaya también dijo reconocer que Lobo, del Partido Nacional, "ganó frente al Partido Liberal, pero estas elecciones no tienen legitimidad por el abstencionismo, por el ausentismo que hubo, que es extraordinario, sólo el 40 por ciento votó".

El Mandatario derrocado también reiteró que el denominado hasta el sábado pasado Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado debe convertirse en una plataforma de coordinación política para que busque las transformaciones que requiere el país a través de una Asamblea Constituyente.

Según el coordinador general del movimiento, que exigía la restitución de Zelaya y condena el golpe de Estado, Juan Barahona, éste ha pasado a denominarse Frente Nacional de Resistencia Popular, por decisión de una asamblea celebrada el sábado en la central ciudad de Siguatepeque.

Zelaya enfatizó que la Resistencia no se debe convertir ahora en un partido político, sino "en un eje para coordinar y aglutinar las fuerzas políticas progresistas que, sin perder su propia identidad, logren cumplir el objetivo de las transformaciones y cambios para el pueblo hondureño".

"La Resistencia es la esperanza para tener una nueva Constitución instalando una Asamblea Nacional Constituyente", agregó el Presidente depuesto, quien fue sustituido en el poder el mismo día del golpe de Estado por Roberto Micheletti, quien presidía entonces el Parlamento hondureño.