El presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, se dirigió hoy a la asamblea general de la ONU a través de una llamada telefónica, durante la intervención de la canciller de su gobierno, Patricia Rodas.
En la ocasión el depuesto gobernante aprovechó de pedir "una posición firme" contra "la fuerza y la barbarie".
Antes de sus palabras, Rodas señaló "tengo en mi mano al teléfono al presidente José Manuel Zelaya Rosales". Luego de ello, el gobernante depuesto saludó a las Naciones Unidas en medio de un fuerte aplauso por parte de los países presentes en la asamblea en ese momento.
Zelaya, quien está refugiado en la embajada brasileña de Tegucigalpa, dijo que "los que tenían alguna duda de que aquí se está instalando una dictadura, ahora, con todo lo que ha pasado en 93 días de represión, creo que están despejadas estas dudas".
Luego, agregó que "en Honduras se ha instalado además de un golpe de Estado, una dictadura, se han suprimido las libertades de los hondureños, se reprime violentamente al pueblo hondureño".
El gobernante depuesto denunció que "a los dos únicos medios de comunicación opositores a la dictadura, han sido canceladas sus frecuencias, invadidas sus oficinas, confiscados sus equipos de transmisión".
En su inesperada intervención, Zelaya señaló que "solicito a las Naciones Unidas cooperación para recobrar el Estado de derecho y la libertad que merecen los hondureños", añadiendo que "solicito a las Naciones Unidas apoyo para que se mantenga una posición firme de parte de las naciones (...) en contra de la fuerza y de la barbarie".
Zelaya también pidió a las Naciones Unidas que se les dé "las garantías para nuestra propia integridad personal y la vida de las personas que estamos siendo acechados con gases químicos y con interferencia electrónica en esta sede diplomática de la hermana República de Brasil".
El mandatario depuesto finalizó su inusual discurso reconociendo el valor del presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, por "sostener las democracias y por luchar contra los golpes de Estado", e hizo su última petición a la ONU, al señalar que "solicito a las Naciones Unidas su apoyo para revertir este golpe de Estado y para que la democracia sea realmente un bien universal".