Zully: buscando ser un clásico
Este restaurante es un atinado catálogo de ideas de autor, transitando por la compleja senda de la culinaria fusión.
Un mérito de Zully. Su propuesta va sorteando la oleada de moda fusión desde donde partió hace cuatro años. Eso no quiere decir que haya migrado a otras novedades del momento (como la comida criolla), sino todo lo contrario. Se mantiene ahí, firme e internacional en su repertorio de sabores y técnicas venidas desde todas partes del mundo. Quizá su deseo -consciente o no- sea acumular el kilometraje suficiente para convertirse en un clásico del estilo, en un entorno que lo amerita: el barrio Concha y Toro, una de las caras más bellas y remozadas de ese viejo Santiago heredado de la belle epoque.
Mantiene su fino entorno de manera impecable; desde su entrada adornada con pétalos de rosas, hasta su diversidad de rincones todos diferentes, que merecen ser visitados una y otra vez. Salones con fotografías, pinturas de mujeres, un lounge tan cómodo como elegante o ese subterráneo apto para comida y coqueteo. Una escenografía siempre a media luz, siempre convincente; matizada de una lista de servicio, comida y tragos que busca acoplarse a las circunstancias. A veces sí, a veces no.
La partida fue casi a tope. Pasión de Frutos Rojos ($ 4.500) significa un trago donde la nota a berrie no es lo más importante, sino su profundo toque achocolatado. Totalmente recomendable, si se acompaña de Camarones en Masa Philo ($ 4.000), calentitos y entretenidos por su jugosa sazón al curry, que a su vez no afectaba su crocante superficie. El Mousse de Salmón ($ 5.000) suave y de sabor intenso, debió haber sido la pareja ideal para un Pisco Sour ($ 2.300) deslavado en pisco y limón, que siguió con gusto a poco tras el arreglo de la barra. Los fondos mostraron efectividad, corrección; hicieron su pega. El Atún del Pacífico ($ 10.300) ya dispuesto de manera clásica -es decir, cubierto de sésamo- apareció a punto, con toques agridulces cortesía de la piña y en buena porción, otra cualidad de cada plato. El Lomo de Res en Doble Cocción ($ 9.900), mostraba personalidad en clave ahumada: relleno de tocino y con una guarnición refrescante de hojas de parra rellenas de carne y otra de porotos, que resultó una grata idea en términos de sabor, aunque algo seca en su conjunto.
Por otra parte, rica y amplia la selección de vinos; sobre todo por copa, donde lució el Chardonnay de Casablanca aportando frescura y elegancia frutal a los platos marinos. Atentos con el servicio. Informado, de buena disposición, pero por muchos momentos apurón con la llegada y salida de platos. Un entorno como ese, dado a lo íntimo, se requiere tino en las pausas.
Zully es en general un atinado catálogo de ideas de autor, transitando por la compleja senda de la culinaria fusión. Pero a modo de excepción a la regla, quizá es mejor idea acercarse al canon tradicional y dejar que la Crepe Suzette al Cointreau ($ 4.500) sea con el distintivo Grand Marnier, más frutal y dulce, que aporta la sutil complejidad que aquel otro destilado de naranjas no logra cubrir. En suma, sigue impecable en la forma y con potencial para crecer en su, a estas alturas, clásica propuesta gastronómica.
FICHA
Dirección: Concha y Toro 34, Santiago Centro
Teléfono: 6961378 y 6963990
Horario: Lunes a viernes almuerzo y cena. Sábado, sólo cena.
Consumo promedio: $ 20.000
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