2021: el año de los balances

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Nadie puede pretender predecir lo que viene en los próximos dos años. Desde los últimos meses, la futurología política se ha vuelto un ejercicio aún más temerario que de costumbre. Pero si hay algo que no podemos obviar es que este año y el próximo serán años que definirán parte importante de nuestro futuro compartido. No solo porque tendremos elecciones de alcaldes/as, concejales, gobernadoras/es, consejeras/os regionales, para finalizar con elecciones parlamentarias y presidenciales, también porque se están abriendo otras oportunidades irrepetibles para superar un modelo de sociedad nacido fundamentalmente en la dictadura militar.

Primero, con el proceso constituyente acordaremos el marco normativo que nos regirá durante las próximas décadas; podremos hacerlo con una participación sin precedentes en nuestra historia republicana. Segundo, tenemos el deber de concretar paralelamente una agenda social ambiciosa para dar cauce a demandas que se arrastran por años en salud, pensiones, vivienda. Tercero, también está en nuestras manos reformar Carabineros para contar al fin con una institución policial acorde con lo que demanda la democracia actual: con capacidades para defender tanto el orden público como los derechos humanos.

Se trata de procesos complejos, pero totalmente factibles si todos nos adecuamos a un mundo que cambió. El mundo político debe aceptar que hay que compartir espacios con el movimiento social, que hizo posible que estemos discutiendo estos temas. El mundo mediático debe ayudar a que existan debates informados, cumpliendo su deber de impedir las mentiras y la agudización de los temores. El mundo social y académico deben ser parte de la solución, aceptando también que tienen una responsabilidad activa en el éxito o desaprovechamiento de las oportunidades que se han abierto. En otras palabras, no es tiempo de observadores, es tiempo de acción de todos por igual.

Nos falta mucho aún para ser ese Chile con el que soñamos. Pero al menos en estos dos años tenemos clara nuestra tarea: nos basaremos en su ejemplo para hacer las mayores contribuciones que podamos, sirviendo de nexo entre el mundo social, político y académico. Porque entre todos debemos ser capaces de concebir un proyecto de sociedad justo y viable.

Es de esperar que el 2021, a la hora de los balances, podamos mirar hacia atrás y tener la satisfacción de que hicimos lo correcto, a tiempo y sin miedo

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