¿A dónde van?
SEÑOR DIRECTOR:
En el último tiempo hemos visto un aumento dramático de casos de desalojo de campamentos, y son múltiples las preguntas que nos surgen. Partiendo por la realización de estos procedimientos y la ausencia de un protocolo que los regule; la falta de soluciones alternativas para las familias y la inviabilidad de las que se ofrecen; y cómo lo establecido por el Derecho Internacional hoy tiene nula aplicación en nuestro país. Pero una es la más importante de todas: ¿Qué pasa con todas estas familias? ¿A dónde se van?
Son diversos los actores que pueden dar las respuestas. El Ministerio del Interior debiera contar con un protocolo que regule la ejecución de estos procedimientos, Desarrollo Social debiera proveer acompañamiento y habilitar albergues que eviten que estas familias terminen en situación de calle. Y por supuesto, el Minvu debiera entregar alternativas adecuadas, como gastos de traslado transitorio con condiciones pertinentes a la realidad de las personas, barrios transitorios e incluso viviendas definitivas cuando sea viable.
Hace tres años el Presidente de la República comentaba en un debate presidencial: “Hoy día estamos hablando de 960 campamentos en Chile, la mayor cifra desde 1996, y que son más de 80.000 familias. Cuando se dice ‘los vamos a desalojar’, bueno, y ¿a dónde se van? El Estado tiene que tener un plan de vivienda transitoria para justamente poder reubicar a estas personas”.
Hoy son más de 113.000 familias en campamentos, y seguramente cada año van a ser más, mientras las condiciones estructurales que los generan se mantengan. ¿Las soluciones seguirán siendo desalojos que no cumplen con los mínimos éticos y jurídicos establecidos?
Isidora García
Directora social de TECHO-Chile
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