A paso lento
Reconociendo las mejoras que ha habido en el mundo legal, el impulso entonces puede venir de la mano del cliente, quien valorando la diversidad la exija también al proveedor de servicios legales. Así, entre ambos, colaborativamente podremos acelerar el paso.
La entrega de los resultados para Chile del prestigioso ranking de abogados Chambers, deja al descubierto por lo menos dos cosas, según queramos ver el vaso medio vacío o medio lleno. Siendo pesimistas, refleja la baja presencia de mujeres en las categorías destacadas, con solo 70 de un total de 592 mencionados, es decir el 11,8%. En cambio, la mirada optimista nos muestra que la representación de las mujeres en el mundo legal va mejorando lenta, pero persistentemente, ya que hace 5 años eran 26 las abogadas que se destacaban en este mismo ranking, y hace tres subía a 33. Se han ido ganando espacios, pero no suficientes.
Si bien este ranking no refleja todos los ámbitos en donde se desarrollan las mujeres en el campo legal, sí muestra el del ejercicio privado y en estudios legales. Detrás de estos números se esconde una tremenda paradoja, ya que en la carrera de Derecho más de la mitad de los titulados anualmente son mujeres, muchas de las cuales tienen un desempeño académico destacado, pero eso no se ve reflejado en la composición a nivel de socios de los estudios, ni en los rankings.
Tim Girven, editor de The Legal 500, en un seminario organizado por el programa Women in the Profession (WIP) realizado en Santiago el año pasado, calificó de “escandalosa” la desigualdad que viven en Chile las mujeres abogadas en la práctica privada. En su análisis comparó a nuestro país con el resto de las naciones latinoamericanas, y Chile aparece como uno de los más atrasados en participación femenina. El período medido entre 2012 y 2018 parte en el primer año con la peor base entre los países estudiados (6,19%), para llegar el año 2018 a 14,6%; lejos de Perú (27,4%) y Colombia (31,1%).
¿Dónde está el problema? Creo que los estudios jurídicos en Chile están basados aún en una estructura muy tradicional, donde el espacio para las mujeres se hace más complejo, no al inicio de la carrera, donde puede ser casi paritario, sino que al momento de ofrecer o poder optar a ascensos. Si miramos la presencia de mujeres como socias de estudios jurídicos, las cifras se jibarizan, llegando levemente por sobre el 7% de presencia femenina.
La empresa privada puede ayudar a que este avance sea más veloz, ellos van adelantados en este camino, incorporando los beneficios de tener grupos de trabajo diversos con mujeres en altos cargos. Reconociendo las mejoras que ha habido en el mundo legal, el impulso entonces puede venir de la mano del cliente, quien valorando la diversidad la exija también al proveedor de servicios legales. Así, entre ambos, colaborativamente podremos acelerar el paso.
-La autora es socia fundadora MB Abogados