SEÑOR DIRECTOR:

El abuso del fenómeno de la “permisología” está llegando a niveles francamente absurdos. Por un lado, el proyecto de ley Marco de Autorizaciones Sectoriales que justamente busca evitar los efectos negativos de la lenta permisología en nuestro país se retrasa en el Senado.

Por otro, se viraliza un video en que el representante de Greenpeace en Chile, Matías Asun se jacta de tener 56 mil donantes que le garantizan poder judicializar y retrasar cualquier proyecto que no cumpla sus estándares medioambientales.

El abuso de la institucionalidad y el activismo político que se oculta bajo banderas medioambientales, indigenistas o feministas debe ser una prioridad si queremos recuperar la senda del crecimiento y el desarrollo.

Constanza Schneider

Investigadora Instituto Res Publica

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