Acuerdos por acuerdos

Valparaíso. Vista general de sesión de la Cámara de Diputados. Imagen de archivo.
Foto: Raúl Zamora / Aton Chile,


SEÑOR DIRECTOR:

Se ha hecho habitual que el gobierno aparezca llamando a los parlamentarios a aprobar sus proyectos y reformas, sustentado en la necesidad de llegar a “acuerdos”, como ha ocurrido recientemente con la reforma previsional y tributaria.

Por cierto que la política es el arte de lo posible, pero cabe plantearse algunas interrogantes. ¿Es llegar a acuerdos un fin valorable en sí mismo? ¿Es la materia del acuerdo algo secundario al hecho del consenso mismo?

Antes de cualquier acuerdo, debe primar que su contenido sea bueno: una ley beneficiosa, o una reforma adecuada y técnicamente correcta.

En contextos en los que pareciera que llegar a acuerdos es más bien adherir a las pretensiones ideológicas del gobierno, es más valorable restarse de una mala propuesta, que subirse a esta para evitar costos políticos. Para ello, eso sí, se requiere convicción y valentía, valores que hoy escasean en política.

Raimundo Astaburuaga Cruz

Investigador Instituto Res Publica

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