Agricultura campesina sin fronteras
Carlos Recondo es Director Nacional de Indap
Cada 28 de julio se conmemora el Día del Campesino, una fecha de reconocimiento a la agricultura familiar y su aporte a la economía y sociedad en general. Una característica que este año, en medio de la pandemia y crisis sanitaria, asume aún más relevancia considerando su rol en el resguardo y desarrollo de la cadena de abastecimiento de alimentos para todo el país.
Conscientes del papel que juega el mundo rural en un escenario desafiado desde una perspectiva económica y social, las políticas públicas hoy apuntan a incentivar el desarrollo sostenible de los miles de productores y sus organizaciones, a través de la inversión y la asesoría técnica.
Sin embargo una inyección de recursos por si sola, no basta. Apoyar y fomentar la Agricultura Familiar Campesina requiere atender las necesidades reales de cada persona, focalizando su desarrollo productivo a través de distintas herramientas disponibles. Bajo esa lógica, desde los programas eje de INDAP, no sólo estamos atendiendo mejor a nuestros campesinos, sino también a todo un sistema que recibe mejores productos más allá del escenario externo, como ha quedado claro en el actual contexto de pandemia.
“Reperfilar” las necesidades de nuestros pequeños agricultores ha permitido atender su evolución, sacarlos de un patrón prediseñado y apoyarlos en temas tan relevantes como el fomento productivo y la comercialización, considerando ésta última, como una de las fases más complejas y desafiantes para el desarrollo sostenible de la agricultura campesina.
Esto ha significado generar nuevas instancias de promoción y visibilización de sus productos y servicios, dando pie a nuevas relaciones comerciales y robusteciendo las ya existentes, de forma de hacer más competitivos a los emprendimientos rurales frente al mercado.
Modernizar la estructura de apoyo productivo a la agricultura campesina parece ser un paso lógico para atender sus cambios, para asignar mejor los recursos en pos de necesidades que años atrás no eran tales y sobre todo para entregar herramientas útiles a largo plazo que permitan seguir arraigando la cultura campesina en nuestro país.
En esa línea estamos trabajando hace un tiempo, modernizando los programas acorde a la realidad y foco productivo de nuestros usuarios, entendiendo que el valor de INDAP está en el apoyo concreto desde la vereda económica y social.
Aunque este año la celebración del Día del Campesino será distinta a otras, la crisis sanitaria paradójicamente nos dio la oportunidad de visibilizar y de reconocer - como país y como chilenos - el compromiso de nuestros campesinos con la producción de alimentos, abasteciéndonos a todos con productos de gran calidad. Es ese valor el que hoy conmemoramos y por el que seguiremos trabajando, para hacer de cada 28 de julio, una gran fiesta en honor a la Agricultura Familiar Campesina.