Alcances políticos de una reunión secreta en París



La semana que termina ha estado fuertemente marcada por los trágicos incidentes en La Araucanía, que han crispado el clima de opinión pública y comprensiblemente obnubilaron otros hechos significativos en el quehacer político. Es así como el gobierno se anotó dos importantes triunfos legislativos, al conseguir una amplia aprobación en el Congreso del proyecto Aula Segura, y lograr que la Cámara de Diputados aprobara abrumadoramente la Ley de Presupuestos 2019 -ahora deberá pronunciarse el Senado-, lo que en cierta manera abrió nuevas perspectivas sobre las capacidades del Ejecutivo para sacar adelante sus proyectos a pesar de no contar con mayoría en ninguna de las cámaras.

Pero otro hecho también eclipsado fue la revelación de que los diputados Gabriel Boric y Maite Orsini -ambos integrantes del Frente Amplio- visitaron a Ricardo Palma Salamanca en París -prófugo de la justicia chilena y condenado por el asesinato del senador Jaime Guzmán-, reunión que tuvo lugar a comienzos de septiembre y que fue impulsada por el grupo que se ha organizado para brindar apoyo a Palma, a quien Francia concedió recientemente asilo, y que ahora está a la espera de que se resuelva el juicio de extradición.

El conocimiento público de esta reunión ha generado amplio revuelo político, en particular porque ha resentido fuertemente la imagen del diputado Boric, tanto en su propio bloque -que lo estima un "error" por no haberlo informado- como en otras veredas políticas, que habían visto con especial interés su afán de distanciarse de las corrientes más extremas e intransigentes de la izquierda chilena. Es evidente que al aceptar reunirse con alguien que ha atropellado gravemente los derechos humanos, y que reivindica acciones terroristas, su propio compromiso con la defensa sin distingos de los DDHH queda ahora en serio entredicho.

Incurre también en una manifiesta falta de transparencia ante la ciudadanía, pues cuando apoyó públicamente la solicitud de asilo a Palma, debió haber informado de este encuentro previo en París; al haber optado en cambio por el ocultamiento, constituye un evidente conflicto de interés que hasta el momento no ha logrado ser despejado satisfactoriamente.

Es desde luego lamentable que un bloque naciente como el Frente Amplio aún incurra en contradicciones tan manifiestas en materia de derechos humanos, ya sea negándose a condenar el régimen venezolano o ahora relativizando crímenes cometidos en democracia.

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