Alivianemos la mochila
Por Macarena Letelier, directora ejecutiva del Centro de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio de Santiago
¿Quién no ha sentido un peso que, incluso, pensamos que nunca seríamos capaces de sobrellevar en el último tiempo? No será la primera ni la última vez que esta sensación recaiga sobre nuestra espalda, pero hoy tiene una particularidad, ya que reúne diferentes elementos, conocidos y desconocidos, que dicen relación con la salud, seguridad, estabilidad y cumplimiento o incumplimiento de nuestras obligaciones pactadas con anterioridad.
Se asoman con fuerza interrogantes que nos llevan a pensar ¿cómo enfrentaremos esta realidad? ¿seremos capaces de llevar la mochila y, en un escenario óptimo, comenzar a sacarle peso? Vamos con aquellos kilos de los que nos podemos hacer cargo, ya sea con un ejercicio de voluntad, que no pensábamos que seríamos capaces de hacer (hoy quiero dejar la comida o exceso de comida en este tiempo fuera de la reflexión) o, tal vez, con la ayuda de otros. Lo cierto es que sí existe un mecanismo que es utilizado en todo el mundo para resolver conflictos en materia contractual, que busca evitar el daño entre las partes enfrentadas por diversos incumplimientos, en tiempos breves, con el apoyo de un profesional y que, esta vez, se ofrece de manera gratuita. Nos referimos a la mediación.
El programa 1.000 mediaciones pro bono, lanzado por el CAM Santiago, no es una varita mágica que reduce ese peso en la espalda de las personas, pero sí es un apoyo, con herramientas profesionales, para que los afectados logren acuerdos, puedan repactar contratos o, al menos, conseguir que las partes se sienten a conversar, poniendo el diálogo como invitado principal. Es así como entre las múltiples preocupaciones que nos aquejan, hoy se abre un espacio donde con confianza, empatía y una mirada a mediano o largo plazo, podemos hacernos cargo de conflictos que se nos presentan en materia comercial, antes de agregar más peso con la iniciación de un juicio.
¿Voy a lograr siempre un acuerdo? No, pero voy a demostrar que tengo capacidad para escuchar y analizar posibles salidas al conflicto, aspirando a un resultado justo, que deje en lo posible a ambas partes conformes. Los invito a aventurarnos en nuevas fórmulas para enfrentar los conflictos, que muchas veces por desconocimiento sólo vinculamos a materias de índole familiar o laboral. Hoy en día, saber dialogar, habla de quien soy, y lograr un resultado favorable tendrá como consecuencia dejar de lado parte del peso que soportamos. ¡Alivianemos la mochila!