SEÑOR DIRECTOR:
Es positivo que las municipalidades u otros estamentos impulsen campañas para prevenir incendios forestales en estos tiempos calurosos y luego de tantas malas experiencias vividas en años anteriores. Sin embargo, resulta preocupante que en ninguna parte se rechace de forma categórica el uso de fogatas, sobre todo durante el verano y por las altas temperaturas de estos días. A modo de ejemplo, muchos han sugerido limpiar el suelo de vegetación en un radio de 2 a 5 metros a su alrededor, una indicación que deja margen para el error y la propagación del fuego.
Hoy, con el cambio climático y temperaturas extremas, muchos cerros, montañas e incluso valles están absolutamente secos, con vegetación alta y frondosa, pero sin vida. En este escenario, la única norma sensata es clara: no hacer fogatas.
El respeto por la montaña y la naturaleza implica adoptar prácticas responsables, como se establece en los siete principios de No Deje Rastro: uno de ellos es el principio 5, que apunta a minimizar el uso de fogatas, pero enfatizando en que no realizar fuego, en las situaciones actuales, es la mejor decisión. La prevención no puede ser opcional. No basta con reducir el riesgo: hay que eliminarlo.
Vicente Verdugo
Javiera Vidal
Cofundadores Puma Adventures
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