Apagón y transporte público

SEÑOR DIRECTOR:

El corte de energía del martes dejó en evidencia la fragilidad del transporte público ante eventos de esta magnitud. Metro tiene capacidad limitada para operar con generadores y prioriza la evacuación de los pasajeros. Los buses diésel pueden seguir operando sin electricidad, mientras que los eléctricos dependen de sus baterías. Sin embargo, toda la flota, sin importar su tipo, quedará atrapada en la congestión generada por los semáforos apagados.

El sistema Red aplica planes de contingencia, como reforzar buses en operación. Pero disponer de una flota de emergencia de 630 buses (10% del total) costaría más de 300 millones de dólares. ¿Está el país dispuesto a esa inversión? Aun así, sin semáforos operativos, el problema no se resuelve.

El Metro, con 140 km de red y más de 300 trenes, no puede sostenerse con energía propia. Una planta de generación exclusiva es inviable y no existe en ningún metro del mundo.

En conclusión, el problema no es la resiliencia del transporte público, sino la vulnerabilidad del sistema eléctrico nacional.

Rodrigo Fernández

PhD in transport studies, U. London

Director Sociedad Chilena de Ingeniería de Transporte