Arrogancia y autocomplacencia
Por Claudio A. Castillo, director Fundación Horizonte Ciudadano y académico Salud Pública USACH
La revista Nature publicó un artículo en el que analiza la respuesta al Covid-19 de países que, según índices internacionales, parecían estar mejor preparados para enfrentar la pandemia (como Reino Unido, Brasil y Chile) y que, no obstante, han obtenido algunos de los peores resultados. En relación a Chile, plantea que, a pesar de tener un sólido sistema de atención de salud, las autoridades subestimaron la vulnerabilidad al virus y se comportaron con arrogancia y autocomplacencia. Agrega que este exceso de confianza (cómo no recordar la icónica frase del Presidente Piñera en marzo cuando dijo que “Chile está mucho mejor preparado que Italia”) impidió una preparación adecuada, colaborar con organismos multilaterales y limitó la oportunidad de aprender de la experiencia de otros países.
A propósito de aprender de experiencias, parece interesante observar lo que sucede en Nueva York y Madrid (abordada por Financial Times). Mientras la primera continúa con su apertura gradual (con algunos retrocesos en el retorno a clases), la segunda ha debido volver a un confinamiento selectivo.
Nueva York (9 millones de habitantes) priorizó la prevención, estrategia diseñada por autoridades demócratas que combina testeo masivo, trazabilidad a gran escala -en junio anunciaron un plan con 3.000 trazadores- y una lenta apertura -el 30 de septiembre recién abrirán restaurantes con un 25% de capacidad. Los exámenes están disponibles gratuitamente a través de unidades móviles para cualquier persona que se sienta expuesta, haya estado con alguien confirmado o sospechoso o en medio de una multitud, trabaje en establecimientos con personas mayores o vulnerables, planee visitar a alguien de riesgo o tenga algún síntoma. El resultado es que llevan varios meses con una positividad de exámenes PCR de menos de 2%.
Madrid (6,7 millones de habitantes) está convertida nuevamente en el epicentro de la pandemia en Europa, producto de la priorización de la actividad económica mediante una apresurada apertura, junto con una insuficiente capacidad de trazabilidad (si en julio tenían 182 trazadores ahora han anunciado que llegarán a 1.000) y una baja percepción de riesgo en sus habitantes. Los últimos registros dan cuenta de una positividad de exámenes PCR cercana al 20%, un aumento considerable de casos y de ingresos de pacientes a UCI. La respuesta del gobierno popular de Madrid ha sido establecer restricciones de movilidad por zonas (algo así como cuarentenas dinámicas), pero no cerrar restaurantes y bares.
Esto último es especialmente importante, y marca una diferencia significativa entre ambos casos, ya que un estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos encontró que las personas positivas a Covid-19 tienen el doble de probabilidades de haber estado en un restaurante que las que dan negativo.
En Chile, llevamos más de medio año de pandemia y estamos dentro de los 12 países con peores resultados según The Lancet. Con un promedio de 1.726 nuevos casos y 51 fallecidos al día en el último mes, las autoridades debieran dejar la arrogancia y autocomplacencia, aprender de buenas y malas experiencias, fortalecer la estrategia de testeo -para acercarnos al estándar de Nueva York, se deberían procesar 59.000 exámenes por día-, trazabilidad -contar con 50 trazadores cada 100.000 habitantes- y aislamiento oportuno, evitar fiascos comunicacionales como el plan de Fiestas Patrias y avanzar decididamente en mayor transparencia, para mejorar en algo la confianza de la ciudadanía.