Auschwitz, memoria y lecciones del Holocausto

Auschwitz-_WEB


SEÑOR DIRECTOR:

Auschwitz, símbolo de la máxima expresión del horror, fue establecido por los nazis en 1940 en Polonia. Allí, se combinó la crueldad del trabajo forzado con el exterminio sistemático de más de 1,1 millones de inocentes: judíos en su mayoría, pero también no judíos polacos, romaníes, prisioneros soviéticos y otros.

El 27 de enero de 1945, los soldados del Primer Frente Ucraniano liberaron a unos 7 mil prisioneros. Ese día, la humanidad comenzó a enfrentar la magnitud de lo ocurrido y la urgencia del compromiso para que nunca más se repetiera tal atrocidad.

Sin embargo, a 80 años de esa tragedia, el aumento de los ataques antisemitas en todo el mundo nos obliga a cuestionar si realmente hemos aprendido del pasado. Natan Sharansky, destacado político, activista por los Derechos Humanos y sobreviviente del régimen soviético, lo advierte con claridad: “El Holocausto fue posible por el antisemitismo. Hoy, la deslegitimación, la demonización y los dobles estándares hacia los judíos, y ahora también hacia Israel, siguen siendo una amenaza latente”.

Estas palabras retumban en un mundo donde el odio, la intolerancia y la desinformación encuentran nuevas formas de manifestarse. Recordar Auschwitz no es solo un ejercicio de memoria; es un llamado a la acción para rechazar el antisemitismo en todas sus formas, combatir el odio en todas sus expresiones y trabajar por un futuro donde el respeto y la dignidad humana prevalezcan.

Hoy, más que nunca, mantener viva la memoria de las víctimas del Holocausto es un deber moral. El recuerdo no basta: debemos convertir la memoria en un compromiso activo con la educación, para construir un mundo más justo e inclusivo.

Dalia Pollak

Presidenta y cofundadora del Museo Judío de Chile

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.