Avances de Chile en Índice de Desarrollo Humano
Recientemente se dio a conocer el Índice de Desarrollo Humano 2021/2022, indicador elaborado por el PNUD que tiene por objeto comparar la posición y el progreso logrado por los países y territorios reconocidos por las Naciones Unidas, basándose en tres dimensiones. La primera de ellas es la de la salud y se evalúa mediante la esperanza de vida al nacer; la segunda es la educación y se mide a través de la escolaridad promedio de la población adulta y la escolaridad esperada para los niños; y la tercera, el nivel de ingresos que se mide con el PNB per cápita ajustado por poder de compra. De esta forma, se busca tener una mirada más amplia del desarrollo, que permita orientar el quehacer de los países.
El indicador dado a conocer ubica nuevamente a Chile en el puesto 42, por encima del lugar 43 al que había caído en la edición anterior. Esto nos sitúa entre los 66 países calificados como de desarrollo humano “muy alto”, así como líderes de la región, por encima de Argentina y Uruguay, los otros dos que son calificados con desarrollo humano muy alto. Dicho resultado es consecuencia de mejoras progresivas desde 1990, las que, no obstante, se han visto interrumpidas en el último tiempo. Prueba de ello es que, tras la caída experimentada en 2020, el puntaje registrado por el país (0,855 puntos) se encuentra todavía por debajo del obtenido en 2019 e incluso en 2018, lo que da cuenta del retroceso relativo que el país ha experimentado en los últimos años y que es posible signifique un deterioro en la calidad de vida de la población.
En ese contexto, es interesante constatar que tanto en materia de salud como en escolaridad esperada Chile se ubica en una mejor posición de la que indica su ranking promedio dentro de los países de desarrollo humano muy alto, esto es, en los puestos 34 y 22 respectivamente. Y que, a su vez, es en el ámbito económico donde el país presenta el mayor desafío, pues en ingreso per cápita nos ubicamos apenas en el puesto 55 de los 66 países que componen este selecto grupo.
Lo anterior tiene, en primer lugar, un lado positivo, cual es que Chile, con menos recursos, logra mejores resultados en salud y educación incluso que países desarrollados. Pero también habla de un desafío especialmente esquivo hoy en día, ad portas de la recesión prevista para el próximo año, que es la importancia de recuperar el clima procrecimiento. Esto supone su revalorización dentro del debate político, así como medidas concretas que ayuden a promover la inversión y la generación de empleo, dos materias en las que hoy nos encontramos en deuda. De lo contrario, es posible que el progreso al que nuestro país aspira, entendido éste como las mejoras en las condiciones de vida de la población, se pueda ver comprometido.
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