Balance delictual del 2024

Homicidio La Pintana 28 de diciembre
Balance delictual del 2024.

Pese a la disminución de ciertos delitos, a la vez se observa que estos van aparejados de altos niveles de violencia. El gobierno debe pensar en un plan exhaustivo que logre disminuir el alto nivel de temor en que vive la población.



Los diez homicidios que se registraron este fin de semana en la Región Metropolitana (RM) constituyen un trágico final de este 2024, un año donde nuevamente la delincuencia y el temor han marcado profundamente al país.

La autoridad ha salido al paso de esta nueva ola de homicidios, haciendo ver que a pesar de que se trata de un trágico registro, el balance anual indicaría que hay un menor número de asesinatos respecto de 2023, y que las políticas implementadas han sido efectivas para desbaratar una serie de peligrosos carteles. Incluso desde la Subsecretaría del Interior se ha mencionado que 2024 es el año de los “resultados” y la “eficacia” contra el crimen organizado.

El auspicioso balance gubernamental claramente contrasta con la percepción de la ciudadanía, porque es un hecho que a pesar de estos logros que busca resaltar la autoridad, la sensación entre los chilenos sigue siendo de mucho temor -el Índice de Paz Ciudadana 2024 mostró que pese a cierta disminución del nivel de temor frente al delito, aun así en los últimos tres años de medición se presentan las cifras más altas respecto de esta variable en toda la serie histórica-, lo que ciertamente no resulta infundado. Es claro que cuando una sociedad vive atemorizada se altera profundamente la calidad de vida de las personas y empresas y hogares incurren en altos costos para tratar de mantener ciertos niveles de seguridad.

El año 2024 estaría terminando con una menor cantidad de delitos violentos -entre enero y septiembre del año pasado, estos acumulaban un total de algo más de 389 mil casos, mientras que en igual período de este año llegaban a 383 mil-, si bien en dos regiones los delitos aumentan: la Metropolitana y Aysén. Pero como contrapartida, este año la ciudadanía ha podido constatar hechos delictivos de especial violencia, lo que claramente incide en esta negativa percepción ciudadana. El cruel asesinato de tres carabineros en la zona de Cañete, el descubrimiento de centros de tortura en zonas de la RM, montados por grupos ligados al crimen organizado, así como despiadados homicidios a manos de sicarios son hechos que conmocionan, y que van configurando una nueva realidad: los homicidios podrían estar estabilizándose o ir a la baja, pero claramente son más violentos -personas acribilladas mediante armas de fuego, descuartizadas o torturadas-, y eso de suyo implica un mayor riesgo para la población.

En 2024 también se han podido detectar algunos cambios en relación con la composición de los delitos; así, han caído levemente el robo con intimidación, así como el robo violento de vehículos, mientras que han aparecido otros fenómenos como los “turbazos”, donde grupos se organizan para atacar sorpresivamente viviendas o pequeños comercios, en tanto que han vuelto a resurgir los robos a cajeros automáticos mediante detonaciones.

El gobierno ha anunciado que prepara cambios al plan “calles sin violencia”, como una forma de reforzar el combate contra el delito. Aun cuando la autoridad defiende la eficacia de dicho plan, hay voces que cuestionan abiertamente su efectividad, pues en varias comunas donde se aplica este programa el número de homicidios habría incluso aumentado. Lo cierto es que frente a delitos cada vez más violentos, con oleadas de asesinatos y crimen organizado en expansión, parece evidente que se requiere un plan mucho más exhaustivo para 2025, algo que efectivamente logre disminuir la percepción de temor.

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