Basta de limitar nuestra capacidad de elegir
Las empresas de asesorías previsionales, de las cuales Felices y Forrados parece ser la más conocida, se han convertido en un gran dolor de cabeza para el Ministerio de Hacienda, la CMF, y el Banco Central.
Felices y Forrados, así como el resto de las empresas asesoras previsionales - que en realidad son asesoras de inversiones y no previsionales-, a través de sus recomendaciones de cambio de fondo, propician el traspaso frecuente y masivo de fondos de pensiones, lo que tiende a aumentar la volatilidad de los mercados financieros y grandes volúmenes de traspasos de fondos en la misma dirección, que pueden impactar los precios de los activos moviéndolos de sus fundamentos, lo que finalmente puede generar efectos sobre la estabilidad del mercado, el tipo de cambio y, tanto o más importante, efectos negativos relevantes en el monto de las pensiones de las personas (de acuerdo a varios estudios, entre ellos uno del Banco Central).
En respuesta a estos riesgos, el ejecutivo presentó el 15 de diciembre un proyecto de ley cuyo objetivo es limitar la cantidad de traspasos que pueden realizar los cotizantes entre los distintos fondos de pensiones. En específico, entre otros, el Proyecto de Ley limita a dos en el plazo de un año calendario los traspasos a fondos no adyacentes.
A primera vista, y en opinión de muchos expertos, esta medida es necesaria para proteger a los afiliados del sistema de pensiones, pues en promedio, los afiliados que siguieron las recomendaciones de los asesores ganaron menos que los que no se cambiaron de fondo.
Sin embargo, a mi juicio, el objetivo de proteger a los consumidores NO justifica limitar la libertad de elección de todos los chilenos.
Creo necesario buscar métodos alternativos que permitan limitar los efectos indeseados sobre el sistema financiero y la entrega de información clara y legible a todos los afiliados, para que sigamos siendo nosotros, en el uso de nuestra libertad de elegir, quienes decidamos si seguir recomendaciones de inversión masivas o no hacerlo, y nos hagamos cargo de nuestras decisiones y sus consecuencias sobre nuestros ahorros para pensiones. Es decir, el justo equilibrio entre derechos y deberes.
Someter a estas empresas de asesoría previsional, como felices y forrados, a la fiscalización de las Superintendencia de Pensiones y la CMF, prohibiendo la inversión de sus dueños y familia, ejecutivos y cercanos a la empresa hasta segundo o tercer grado de consanguineidad, en instrumentos en que tienen inversiones los fondos de pensiones, establecer un encaje obligatorio a las empresas asesoras, y establecer requisitos de información, que deben entregar las empresas asesoras a sus clientes, donde en forma clara y simple se le explique al afiliado como estarían sus fondos si hubieran seguido las recomendaciones de inversión de los asesores y si no se hubieran cambiado de fondo.
Tenemos que entender que limitar nuestra capacidad de elegir bajo la justificación de nuestra protección no es una solución de largo plazo, si lo fuera, pronto tendremos prohibido salir a la calle después de que oscurece, pues la autoridad estará protegiéndonos de la delincuencia que cada día más se toma nuestras ciudades.
-El autor es economista Jefe de Dominus Capital
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