Boric y el cuarto retiro
Por Luis Larraín, presidente del Consejo Asesor de Libertad y Desarrollo
Dicen que un camello es un caballo hecho por una comisión. La comisión mixta del proyecto de cuarto retiro, luego de los vaivenes de esta nueva versión de la “peor política pública” de Chile a decir de los técnicos, produjo finalmente un mamarracho.
Después de que se había hablado de correcciones al proyecto original que lo harían digerible para los senadores que lo rechazaron en segundo trámite, la comisión aprobó el martes una nueva versión que borra todas esas correcciones. Éstas pretendían remover defectos graves del texto aprobado por los diputados: a) su inequidad al permitir ingresos no tributables a chilenos de altos ingresos (Boric lo había criticado y la OCDE también); b) su amenaza permanente al mercado de capitales (para lo cual se ideó un “cerrojo” que consistía en un quórum de 2/3 para nuevos retiros); y c) que incluyera a pensionados de renta vitalicia (lo que era una expropiación y condenaba a la quiebra a las compañías de seguros). ¿Por qué cambió de parecer la comisión mixta?
El comando de Boric, bajo fuerte presión de Karol Cariola según ha trascendido, habría definido que había que agudizar las contradicciones forzando a los parlamentarios a votar el proyecto en su versión más dañina para el mercado de capitales y el sistema de pensiones, porque era conveniente políticamente para la segunda vuelta que Boric lo aprobara. Mantuvieron entonces la no tributación de los retiros, se olvidaron del cerrojo, e insistieron en incluir las rentas vitalicias, aunque esta vez financiadas por el Fisco.
Si se aprobaba, volvería el fantasma del aumento de tasas de interés por falta de certeza en los plazos de instrumentos de renta fija perjudicando a los ahorrantes del fondo E y D (en noviembre tuvieron un respiro al subir en 4,4% y 3,03% solo por la perspectiva de las correcciones al proyecto). También volverían el alza en las tasas de créditos hipotecarios y las presiones inflacionarias que asolan a las familias chilenas.
Pero nada de eso importó al comando de Boric. De paso, quedó en evidencia otra mentira. Se había dicho que Boric y Jackson habían pedido permiso sin goce de sueldo para hacer una gira al norte de Chile, pero ahora se “aclara” que no era permiso sin sueldo, sino algo “parecido” (una multa de 200 mil pesos por no asistir a una sesión, siendo sus ingresos superiores a 10 millones mensuales). Así entonces Boric y Jackson volvieron a votar ayer ya que el gobierno decretó discusión inmediata. Afortunadamente perdieron, alejando por ahora el peligro de destrucción del mercado de capitales.
Lo que no se entiende es el rol de destacados economistas como Eduardo Engel, Andrea Repetto y Roberto Zahler, que han criticado los retiros de fondos por sus graves efectos y parecieran conformarse con ser teloneros en el show populista de Gabriel Boric.
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