Cambios moleculares
¿Cómo cambia una sociedad? A veces, desde arriba -leyes, macro reformas-, pero también lo hace, otras veces, desde abajo, por las fisuras o intersticios que va dejando el modelo. El alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, ha dado algunos buenos ejemplos de esta segunda posibilidad. La farmacia y la óptica popular, el retiro de parquímetros y, ahora, la inmobiliaria popular son políticas que tienen como denominador común el desplazamiento del mercado y sus procesos especulativos en la fijación del valor de ciertos bienes y servicios básicos (salud, uso de las calles, vivienda).
Se podría reprochar que se trata de soluciones parciales o subsidiarias a la acción del mercado, pero no se puede desconocer que tienen, a lo menos, un doble mérito: mejoran las condiciones de vida en el aquí y ahora de las personas, y tienen un efecto didáctico al dejar en evidencia que muchas necesidades pueden ser satisfechas a un menor precio. La inmobiliaria popular, por ejemplo, ofrece una solución habitacional a aquellos que han quedado fuera del mercado, esto es, a quienes no tienen posibilidades de acceder a una vivienda digna de no abaratarse significativamente el costo del arriendo.
Los cambios moleculares actúan por efecto demostrativo y contagio. Se instalan a nivel micro -en una comuna en este caso, pero podría ser en una escuela o a través de experiencias de autogestión en la sociedad civil- para luego extenderse de manera horizontal o de abajo hacia arriba. Varias comunas ya han adoptado la farmacia popular y el Ministerio de Vivienda ha anunciado una partida presupuestaria para que otros municipios postulen a subsidios emulando la experiencia de Recoleta.
Para la izquierda, en su fase más "estructuralista", realizar cambios parciales o moleculares constituía un esfuerzo vano, pues los cambios estructurales solo eran posibles si se resolvía primero el tema del poder global. En el otro polo, una izquierda ansiosa por gobernar el presente dejó de plantearse qué podría diferenciarla de una opción conservadora.
La gestión de Jadue -también la de Sharp en Valparaíso y de otros alcaldes- comienza a dibujar otro modelo de comuna: uno que tiene en su centro reducir el costo de la vida; que busca satisfacer derechos sociales por fuera de un mercado desregulado y especulativo; que combate la segregación y promueve soluciones de integración social; que transfiere poder a la ciudadanía; que opone, en definitiva, a un "constructivismo de mercado" un "constructivismo social o ciudadano" del espacio local.
Sería absurdo abandonar una perspectiva de poder global y de reformas macro, pero también lo sería no reconocer las posibilidades anticipatorias que abren los cambios desde abajo. Dar paso a prácticas y cambios moleculares va mostrando a los ciudadanos que no solo son deseables sino que también son posibles otras formas de organizar la sociedad y la vida.
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