Camino a Farellones

Señor director:

No estoy contra el progreso, pero cuando se desarrolla a medias para ajustarse a presupuesto, me recuerda un diseño de hospital, donde se cambió la escala, y una vez construido, las camillas no pasaban por las puertas.

La concesión de la ruta G21, camino a Farellones, es un proyecto que no beneficiaría a la comunidad de Farellones, y por su diseño inconcluso, tampoco mayormente a los visitantes, porque traslada la congestión a sus extremos: no contempla bypass de Farellones (se eliminó por su alto costo) ni paso a desnivel en Las Condes (se eliminó pensando en una solución futura). Actualmente, esos dos puntos ya son los más conflictivos; un tercer punto de congestión es el control de Carabineros en La Ermita (absolutamente innecesario); un cuarto, las condiciones climáticas, que en ciertos días dejan hielo en las curvas más altas; y un quinto, la falta de estacionamientos en días de alta afluencia. Una alternativa al bypass, para canalizar el mayor flujo de paso hacia El Colorado y La Parva es ampliar a tres pistas el paso por Farellones, pero se perdería la esencia de Farellones: ser un pueblo de montaña y no de paso.

Desde el punto de vista del cobro, la concesión contempla uno de temporada (invierno) y otro fuera de temporada (resto del año), pero no tarifas diferenciadas entre horario punta o diurno (de 8am-8pm), y fuera de punta o nocturno (de 8pm-8am). Para un residente que trabaje en Santiago, implica un costo mensual de $ 200 mil vs. solo $ 9 mil para un visitante ocasional. No tiene lógica.

En resumen, la concesión parece un paraguas en días de sol que te quitan en días de lluvia.

Peter Ihl

Residente Farellones