Campaña electoral en modo pandemia
Por María Jaraquemada, directora de Incidencia Espacio Público
Hasta el momento, si no media ninguna reforma constitucional, el plebiscito de entrada del proceso constituyente se realizará el 25 de octubre, lo que implica que el período para realizar la campaña electoral respectiva empezará el 25 de agosto y la franja televisiva un mes después.
Así, gran parte del período electoral coincidirá con el Estado de Excepción Constitucional, lo que conlleva a grandes limitaciones a la hora de realizar campaña. Pero incluso si somos optimistas y creemos que en un par de meses mejorarán las condiciones sanitarias y se levantarán dichas restricciones, igual se deberán mantener medidas de distanciamiento físico, como ocurre actualmente en otros países con elecciones, como España o Estados Unidos y donde gran parte de las candidaturas se han inhibido de realizar actividades masivas e incluso puerta a puerta.
De este modo, toda la estrategia electoral ha debido adaptarse y se ha traslado del mundo real al virtual, en muchos casos utilizando principalmente tecnología –a través de redes sociales, SMS o teléfonos-. En el caso de Corea del Sur incluso algunos candidatos utilizaron tecnología de realidad aumentada para interactuar de manera remota y virtual con sus potenciales votantes y otras candidaturas realizaron trabajos voluntarios relacionados con Covid-19, tales como limpiar barrios y desinfectar calles. Por otra parte, en Estados Unidos se está pensando en la realización de debates virtuales y los medios de comunicación cumplirán un rol esencial en promover el voto informado.
El apretado cronograma electoral que tenemos en los años 2020 y 2021 (con elecciones municipales, de gobernadores regionales, parlamentarias y presidenciales), complican el escenario de postergar una vez más el plebiscito. Asimismo, nos encontramos frente al gran desafío de movilizar a la ciudadanía en un país con baja participación electoral y escasa confianza en las instituciones políticas. Si bien en Polonia, Corea del Sur y en las primarias de Wisconsin hubo un aumento de la participación electoral, en otros lugares como Francia (en ambas vueltas) y estados como Florida e Illinois la vieron disminuida.
Ninguna solución será sencilla ni dejará satisfechos a todos, sin embargo, no podemos hacerle el quite por mucho tiempo –especialmente si no sabemos cuándo finalmente lograremos controlar del todo la pandemia. Por esto, se hace urgente que las autoridades muestren su compromiso con la ciudadanía y promuevan instancias de diálogo, en una mesa ampliada, con diversos actores –gobierno, partidos, Servicio Electoral, academia, sociedad civil, gremios de la salud, entre otros-, para ver cómo se puede compatibilizar la protección de la salud de las personas con los compromisos electorales establecidos, y así promover una participación electoral informada, de modo de fortalecer nuestra democracia.
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