Carrera directiva, promesa incumplida
SEÑOR DIRECTOR:
La evidencia sobre el significativo efecto del liderazgo y la gestión directiva en la calidad de la enseñanza es indiscutida. Así, por ejemplo, un meta-análisis reciente de Grissom et al (2021) concluyó que sustituir un director/a del grupo (25%) de peor desempeño por uno del grupo (25%) de mejor desempeño implica agregar el equivalente a dos meses de aprendizaje a los estudiantes de un colegio.
En Chile, aparentemente se tiene conciencia del tema y por ello los últimos tres gobiernos, incluyendo al actual, han comprometido impulsar una carrera directiva. Ella permitiría atraer, desarrollar y retener a los directivos más eficaces en nuestros colegios, especialmente en los más vulnerables. Esta carrera se hace aún más urgente dado que los docentes de aula sí han mejorado sus condiciones laborales mediante el sistema de desarrollo profesional docente (Ley 20.903).
Empero, esta promesa se mantiene incumplida, sin siquiera un proyecto de ley para su discusión parlamentaria. Es difícil explicar esta sostenida inacción gubernamental. ¿Por qué se priorizan recursos en otras medidas de menor impacto? ¿Falta acaso una voz política o gremial que reivindique esta carrera para que logre “entrar en la agenda”? ¿Falta conciencia de que sin directivos eficaces y comprometidos en los centros escolares se dificulta el desarrollo cualquier iniciativa de mejora escolar? Lo cierto es que se sigue y sigue no potenciando un factor clave para la transformación de la educación chilena.
José Weinstein
Director del Programa de Liderazgo Educativo, Universidad Diego Portales
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