Carta abierta a Guillermo Teillier
Por Carlos Ominami, economista
Estimado presidente:
Reconozco en el Partido Comunista de Chile (PC) un actor fundamental en las luchas de las fuerzas populares por fortalecer y ampliar el ámbito de la democracia. Es mérito también del PC haber sido la fuerza que con mayor lucidez y responsabilidad apoyó el gobierno del Presidente Allende y trató de evitar su desenlace trágico.
Como todas las fuerzas políticas, la trayectoria del PC no está exenta de errores. Así, la consigna de “inscripción igual traición”, levantada en los meses previos al plebiscito del 5 de octubre de 1988, amenazó con abrir una grieta profunda en el campo de las fuerzas democráticas. Allí donde se trataba de construir confianza, de vencer los miedos, esa consigna sembraba una duda profunda respecto a la posibilidad de alcanzar una gran victoria. Afortunadamente, atento al clamor por la unidad, el PC reexaminó la situación y rectificó su posición llamando en los últimos meses a la inscripción en los registros electorales para propinarle una gran derrota a la dictadura.
En el período reciente, el triunfo aplastante de la opción Apruebo y Convención Constitucional en el plebiscito del 25/O abrió la posibilidad de un proceso constituyente, inédito en nuestra historia, de ampliación de derechos y libertades consignados en una “Constitución que emocione” en palabras de Adriana Valdés. Ese plebiscito fue posible en virtud del acuerdo del 15/N del 2019. De no mediar ese acuerdo, la movilización social habría podido terminar ahogada en sangre. El PC se contó entre las pocas fuerzas políticas relevantes que se restó de este acuerdo. Sin embargo, a poco andar manifestó su disposición a participar del plebiscito. Nuevamente, fue capaz, a pesar de sus críticas legítimas al acuerdo, de hacerse parte del sentir mayoritario y transformarse en un protagonista importante del triunfo de las fuerzas democráticas.
Vivimos momentos decisivos. El próximo 11 de enero vence el plazo para la inscripción de las candidaturas a la Convención Constitucional. Para que sus trabajos conduzcan a una Constitución que interprete los anhelos mayoritarios se requiere de una gran unidad. La aritmética es implacable. Varias listas de oposición frente a una sola lista de la derecha le otorgan a esta última una sobre representación que le asegura poder de veto. Por el contrario, una lista única de la oposición generaría una dinámica que podría permitir doblar a la derecha, no solo en votos, sino que también en número de escaños.
Caminamos por un desfiladero muy estrecho. De un lado, la posibilidad de una nueva Constitución que profundice la democracia y permita superar el neoliberalismo, del otro, la frustración a causa de una oposición que producto de sus divisiones termina siendo estéril.
Estimado presidente, somos muchos los que respetuosamente le solicitamos que el PC reexamine la situación y como en otras ocasiones acoja una vez más los llamados a la unidad.