Caso Fuente-Alba: los caminos tras el fallo absolutorio

SEÑOR DIRECTOR:

El reciente veredicto unánime que absolvió al general (r) Fuente-Alba y a su esposa de los delitos de malversación de caudales públicos y lavado de activos, plantea interesantes desafíos.

En primer lugar, la unanimidad del fallo hace muy difícil su impugnación vía recurso de nulidad. Ese recurso tiene estrictos requisitos de admisibilidad, y cuando una sentencia es unánime, se presume que no adolece de vicios o errores manifiestos. Estratégicamente, en un caso como este resulta más viable interponer el recurso ante la Corte Suprema. Sin embargo, tratándose de un fallo unánime, las posibilidades de éxito son acotadas.

Este caso además levanta cuestionamientos de fondo sobre la complejidad de la persecución penal de estos ilícitos, que muchas veces involucran intrincadas operaciones financieras y patrimoniales, poniendo a prueba las capacidades investigativas del Ministerio Público. Asimismo, pese a los graves cargos inicialmente formulados, el resultado absolutorio puede generar en la ciudadanía una sensación de impunidad frente a este tipo de hechos. Esto plantea el desafío de fortalecer la confianza pública en las instituciones encargadas de sancionar la corrupción.

En suma, el caso Fuente-Alba ilustra las complejidades jurídicas y los dilemas valóricos que rodean a los procesos penales por delitos de corrupción de alto perfil público. Como sociedad democrática, debemos reflexionar sobre cómo perfeccionar los mecanismos para combatir estos ilícitos, cautelando un justo y racional procedimiento.

Gustavo Balmaceda Hoyos

Profesor U. Finis Terrae

Abogado litigante en materia penal