SEÑOR DIRECTOR:
Hasta 2014, Chile era un país estable en materia tributaria, con regímenes tributarios que permitían proyectar negocios. Sin embargo, desde la reforma tributaria de ese año esto ha cambiado; se creó el régimen semintegrado, a renta atribuida, lo que cambia el modelo y la evaluación del negocio, como por ejemplo en el aumento de tasa en los impuestos corporativos, los cuales toman agenda constante en los gobiernos de turno.
En 2022, nuevamente se presentó un proyecto de reforma tributaria que no fue aprobado, pero ya en ese año se comenzó a hablar de cambios de tasas corporativas, y en los regímenes tributarios, pasando a uno desintegrado.
Tras el intento fallido de 2022, hoy se insiste en cambiar los regímenes tributarios y crear un régimen desintegrado. ¿Hasta cuándo los empresarios tendrán justicia dentro de lo injusto de la incertidumbre tributaria? No ha pasado más de un mes y medio de publicarse el pacto fiscal, y nuevamente se busca otra reforma, que ahora sí ataca a los regímenes tributarios. Parece ser que en los últimos 10 años, la certeza en materia tributaria no ha sido importante al momento de establecer parámetros justos para el crecimiento del país.
Renato Estay
Socio de CCL Auditores Consultores
