¿Qué hace Chile en un banco asiático?
Hace unas semanas estuvo en Chile el canciller chino Wang Yi, en su cuarta visita desde 2015. ¿A qué vino uno de los cancilleres más influyentes del mundo, en funciones desde 2013 y que recientemente sumó a su cargo el de consejero de Estado ? La Cumbre de Líderes de APEC a realizarse en Chile en noviembre, una eventual visita de Estado del Presidente Xi Jinping y la participación de empresas chinas en proyectos de infraestructura en Chile, incluyendo el cable de fibra óptica transpacífico Chile-China, estaban en su agenda.
Y esto nos lleva a la incorporación de Chile al Banco Asiático de Inversión e Infraestructura (BAII), con sede en Beijing, y un nuevo actor entre las instituciones financieras internacionales. Fundado en 2015 y con un capital de US$ 100.000 millones, el BAII tiene como propósito contribuir a mejorar la infraestructura en Asia, la zona más dinámica y de más alto crecimiento, pero que arrastra un enorme déficit en sus puertos, aeropuertos, ferrocarriles, túneles y puentes. Con más de 90 miembros, y habiendo efectuado préstamos por más de US$ 5 mil millones hasta fines de 2018, el BAII ha comenzado con el pie derecho.
Chile se incorporó como miembro prospectivo en mayo de 2017, como uno de los primeros países latinoamericanos. La Presidenta Michelle Bachelet fue la primera Jefa de Estado en visitar formalmente la sede del Banco en Beijing en esa ocasión. Ahora ha llegado la hora de formalizar esa condición e integrarnos como miembros plenos. El gobierno ha sometido el proyecto correspondiente al Congreso, donde se encuentra hoy.
¿Por qué debería Chile integrarse a un banco cuya misión es promover la inversión en infraestructura en Asia ? La razón es sencilla. Más de la mitad de nuestras exportaciones van a Asia (la tercera parte a China) y estamos en el siglo de Asia. En 2020, ya la mitad del producto mundial provendrá de Asia. El Banco también contempla la posibilidad de conceder préstamos a proyectos fuera de Asia, pero que sean relevantes para el continente. El megapuerto del litoral central de Chile, por ejemplo, un viejo anhelo de diversos sectores productivos, y que hace una falta enorme, calificaría para prestamos del BAII. Lo mismo vale para proyectos relativos a los corredores bioceánicos desde el Atlántico al Pacífico, otro viejo anhelo que potenciaría los puertos chilenos y podría llevar a San Antonio a la condición de la Rotterdam de Sudamérica. La cuarta parte de los alimentos que importa China provienen del Cono Sur de Sudamérica, proporción de crecerá en el futuro.
Desde el siglo XIX que Chile ha visto en el Pacífico la posibilidad de realizar su vocación país. A comienzos del siglo XXI, esto finalmente se está cumpliendo. El incorporarnos al Banco Asiático de Inversión e Infraestructura es parte de la gran tarea de llevar adelante ese proyecto país.
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