Chile en el Pacífico Sur
Se dice que Chile tiene mucho de isleño. Desierto por el norte, la Antártica por el sur y ese gran murallón que es la Cordillera de los Andes. Además, si miramos al Oeste está la inmensidad del Océano Pacífico. Es decir, un país aislado del mundo. Sin embargo, ha sido ese mismo mar que nos abrió las puertas y conectó con los más remotos lugares de la tierra. La misma naturaleza nos dio un aviso de lo conectados que estamos. El horror de los incendios forestales masivos en Australia trajo una estela de la destrucción que cruzó los mares y surcó los vientos. Es una señal que nos recuerda que no estamos tan lejos, que tenemos vecinos hacia el oeste que son fundamentales para nuestro futuro desarrollo. Somos de América Latina. Siempre los seremos. Eso jamás cambiará. Sin embargo, también somos una nación del Pacífico Sur.
Con países como Nueva Zelanda compartimos una responsabilidad marítima enorme que involucra una frontera de 26 millones de kilómetros aproximados. Son nuestros vecinos al oeste. Juntos como Pacífico Sur somos una de las principales puertas de entrada a la Antártica, continente de futuras relevancias que son aún insospechadas. Tenemos relaciones fundamentales y muy cordiales con todos los países de la región. Al otro lado del Pacífico tenemos importantes comunidades de chilenos viviendo en Australia y Nueva Zelanda. Sin embargo, el nivel de institucionalización de las relaciones y los niveles de intercambio estratégico-político son aún muy bajos. Es un capital estratégico, político y de voz frente a la comunidad internacional que estamos dilapidando sin ningún sentido. Esa falta de visión nos impide ver que tal vez algunas de las respuestas a nuestras crisis sociales están justamente en el diálogo con esta zona del mundo a la que pertenecemos.
Mucho se habla de la APEC. La cumbre del sistema sería en Chile, y como todos saben se canceló en medio de las movilizaciones sociales. Sin duda es un foro fundamental. Debemos mantener el diálogo con toda Asia y con el Pacífico Norte. Sin embargo, la fuerza de nuestra voz es muy disminuida si solamente estamos como un actor individual. Es por eso que reconocer en Australia, Nueva Zelanda y la Polinesia a nuestros vecinos es fundamental para interactuar en el Asia-Pacífico.
El Océano Pacífico es un puente con muchas posibilidades. También es una gran fuente de riesgo, con amenazas emergentes que van desde un virus hasta la piratería. Es por esto que debemos pensar que el Pacífico Sur es una gran identidad donde podamos compartir las labores de la seguridad y defensa con todos los países de la región. Que tengamos una mirada estratégica común.
Que compartamos en nuestras economías complementarias, que armonicemos nuestros sistemas educacionales, y pensemos una gran macrozona con identidad frente al nuevo orden global. Quizás si partir por una organización común en seguridad y defensa sea un primer paso. Lo dejamos sobre la mesa.
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