Chile, país de diagnósticos
Señor director:
Somos, en la región, el país que ha realizado más diagnósticos acerca de todo. Toneladas de papel, millones de horas de análisis, plata y más plata invertida en sesudos informes -que pocos leerán- explicando por qué pasó lo que pasó. Vea Ud., la generosa y buena calidad de la oferta de informes relacionados con las cada vez más frecuentes sequías, contaminación, causas de la marginalidad, deficiencia de políticas públicas, etc.
Pero esos buenos diagnósticos, a menudo carecen de propuestas concretas, factibles. Si los estudios acerca de las distintas sequías hubiesen terminado en opciones para mejor administrar futuros eventos, hoy dispondríamos de muchos más embalses de tamaño medio, localizados a media altura de montaña, con lo cual habríamos manejado eficientemente la variabilidad del régimen hidrológico. Cuántos millones de metros cúbicos de agua causados por el invierno boliviano habríamos almacenado, evitando, de paso, las frecuentes pérdidas ocasionadas por un fenómeno que sabemos de regular ocurrencia.
¿Cuánto se ha dicho de Chile, potencia alimentaria?, pero importantes zonas cultivables del desierto chileno siguen esperando ser irrigadas. Antes se sostenía que para instalar plantas desaladoras se requería energía que, en el norte, sería generada por plantas térmicas a carbón, contaminantes. Luego, era suma cero. Sin embargo, hoy tenemos fuentes limpias que podrían generar un circuito virtuoso con las desaladoras, proveyendo agua a la población y potenciales proyectos agrícolas. Quintero, si los vientos costeros lo permiten, podría reemplazar el carbón por fuentes limpias y, de paso, desalar agua para una zona cultivable que agoniza. Pero seguro, hacen falta estudios, diagnósticos que sigan postergando tratamientos urgentes.
Ricardo Alvial
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