Chile y los derechos de las personas mayores
Esta semana se realizó en nuestro país la Quinta Conferencia Regional Intergubernamental sobre Envejecimiento y Derechos de las Personas Mayores. Una instancia organizada por la Cepal que busca impulsar la acción hacia el cumplimiento de la agenda de envejecimiento a nivel regional y mundial y que fue encabezada por el ministro de Desarrollo Social y Familia, Giorgio Jackson, junto a diversas organizaciones internacionales y de Naciones Unidas, miembros del Ejecutivo de los distintos países de América Latina, y representantes de la sociedad civil.
Con alegría presenciamos, en la ceremonia de inauguración de este evento, a todas las altas autoridades nacionales e internacionales subrayando la importancia de reconocer y trabajar por reducir la excluyente brecha digital que existe entre las personas mayores. En Chile, por ejemplo, el 42% de las personas de más de 60 años no usa smartphones. Entre las que sí ocupan, solo un 54% es usuaria de chat, y a la hora de hacer trámites, menos de un 20% dice hacerlos por Internet. Además, las cifras de Gobierno Digital indican que un 86% de los trámites del Estado se pueden realizar de manera online, por tanto, la existencia de una brecha digital en cualquier grupo etario se hace aún más preocupante.
En un mundo impregnado por la tecnología, construir una sociedad para todas las edades requiere, además de reconocer la existencia de una brecha digital que priva del ejercicio de derechos a quienes la padecen, disponer de herramientas tecnológicas y de conectividad gratuita y/o subsidiada, junto a acciones concretas que permitan el entrenamiento individualizado de habilidades digitales y el acceso a soluciones diseñadas con criterios inclusivos para las características de este grupo etario. Por eso, esperamos que esta preocupación de las autoridades por los derechos y la inclusividad digital de las personas mayores, manifestada durante la Conferencia Regional Intergubernamental, sea un real compromiso de Estado. Chile ha tenido el honor de asumir la presidencia de esta instancia hasta 2025 y con ello tiene la oportunidad única de impulsar agendas y cambios en torno a la vejez a nivel mundial.
Confiamos que nuestro avanzado envejecimiento poblacional, y las lecciones aprendidas durante la pandemia respecto de las consecuencias que trae segregar a grupos de personas de los canales de interacción y comunicación que hoy damos por obvios (mecanismos digitales), impulsará el desarrollo de políticas públicas que tomen acciones en esta línea y no quede solo en discursos. Si las autoridades, en las palabras inaugurales de un evento de esta envergadura, hacen propia la conocida importancia de la inclusión digital, confiamos en que a 2025 daremos cuenta de avances concretos y universales que sirvan de ejemplo para las naciones de toda la región.
Por Eduardo Toro y Sofía Troncoso, Fundación Conecta Mayor UC
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