Ciudades olímpicas



SEÑOR DIRECTOR:

El anuncio presidencial de que Santiago de Chile se postulará como sede para los Juegos Olímpicos 2036 abre un desafío respecto a la nueva infraestructura requerida. Asimismo, podemos plantearnos una innegable oportunidad de mejorar nuestra ciudad, desde experiencias globales que elevaron la calidad de vida urbana.

En general, los grandes eventos vinculados al deporte han sido oportunidad de encuentro, cambio y avance, resolviendo diversas problemáticas en zonas abandonadas o deficitarias, inyectando nuevos espacios públicos, viviendas y equipamientos.

Desde las ferias universales de fines del siglo XIX e inicios del XX, la transformación de Barcelona fue también significativa tras los Juegos Olímpicos de 1992, dando paso a obras y diseños notables en algunos sectores que antes fueron basurales y que hoy son espacios de alto valor, como es el caso de la Villa Olímpica, el Montjuic o el frente marítimo del Port Vell.

Seguidamente y desde otra excusa global, se realizó el Forum de las Culturas 2005, anexando nuevas zonas, adaptándolas a exigencias de sustentabilidad.

Tomemos la posta de la experiencia internacional para una vida más saludable, reconociendo esta oportunidad de planificar y construir también esa mejor ciudad.

Alberto Texido

Académico U. Chile

Consejero del CPI

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