Colapso del transporte urbano

SEÑOR DIRECTOR
Diariamente se hacen en Santiago 20 millones de viajes (la misma cantidad que en el aeropuerto de la capital en todo un año). A grandes rasgos, los viajes en transporte público se reparten por igual entre Metro y buses, unos 3 millones en cada modo.
El aumento de la tarifa del Metro en un 5% fue el detonante para un estallido social. Como resultado, el Metro dejó de funcionar y era imposible que la demanda pudiese ser atendida por los buses.
Paulatinamente, el Metro se ha ido recuperando en horario reducido y saltándose estaciones. Los buses en servicio también disminuyeron de 6.100 en condiciones normales a 5.800 estas semanas. Como consecuencia, la capital ha funcionado a medias.
Esto deja en evidencia algo sabido en ingeniería de transporte. La solución al transporte urbano no está en construir muchas líneas de Metro ni tampoco solo corredores de buses; ambos son complementarios. También es importante que haya redundancia, es decir, que paralelo a las líneas de Metro circulen buses. Así, si un sistema falla se apoyará en el otro.
Otro punto no menos importante es que la flota de buses tenga holgura. Esto es, que haya más buses que los estrictamente necesarios. Santiago debería tener unos 7 mil buses, lo cual no solo serviría en situaciones de emergencia, sino que permitiría una mayor frecuencia y menor hacinamiento en horas punta.
Esperamos que el colapso que hemos vivido sirva de experiencia para la planificación del transporte urbano de Santiago.
Rodrigo Fernández
PhD in Transport Studies, UCL
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