Columna de Alejandra Sepúlveda: Mérito y acción afirmativa
¿El mérito y la acción afirmativa se oponen? Esta es una conversación recurrente a la hora de discutir por qué se tendría que “favorecer” a las mujeres bajo ciertos criterios de oportunidad y si esto no es más bien discriminatorio con los hombres. Para disipar esa duda, hay que revisar la contundente evidencia sobre la trayectoria de desventajas y discriminaciones que las mujeres enfrentan en su día a día, y no tienen nada que ver con sus capacidades. El siguiente paso es encontrar un común entendimiento sobre cómo subsanar esas diferencias para igualar la cancha desde la partida y no solo a medio camino. Y el tercero es entender por qué esto nos beneficia a todos y a todas.
Un ejemplo que ilustra lo anterior, lo encontramos en el mercado público nacional. ChileCompra lleva casi una década impulsando un ambicioso proyecto para incluir la perspectiva de género en el sistema -apoyado en los primeros cuatro años por ComunidadMujer- y para impulsar las oportunidades de las mujeres se han creado y fortalecido varios instrumentos habilitadores del cambio: la Directiva N°20, que entregó recomendaciones para que las entidades públicas faciliten la participación de proveedoras de menor tamaño, el Sello Empresa Mujer automatizado, un índice de Género y Participación en las Compras Públicas (IPPG), que mide las oportunidades de tener éxito en el sistema y, recientemente, la modernización de la Ley de Compras Públicas, que trae consigo varias mejoras como el mecanismo de compra ágil -hasta 100 UTM- que tiene el potencial de dar más oportunidades a las pequeñas empresarias.
Gracias a estos esfuerzos, según datos entregados por la entidad, las empresas lideradas por mujeres alcanzaron ventas en el mercado público por US$ 3.255 millones durante 2023 -de un total transado que ascendió a US$ 16.288 millones- y aumentaron en un 38,5% su participación, pasando a ser 33.723 las que enviaron ofertas y recibieron órdenes de compra.
Si bien aún persisten brechas de género en las oportunidades de negocios con el Estado, las acciones afirmativas impulsadas por ChileCompra van en la dirección correcta y demuestran que estos mecanismos aceleradores de oportunidades no se contradicen con el mérito. De paso, demuestran que pueden transformarse en un instrumento de desarrollo socioeconómico, al orientarse a objetivos estratégicos fundamentales como el empoderamiento económico de las mujeres.
Entre las naciones OCDE las compras públicas representan, en promedio, un 12,1% del PIB y en la Unión Europea son consideradas un instrumento gravitante “para conseguir un crecimiento inteligente, sostenible e integrador, garantizando, al mismo tiempo, un uso eficiente de los fondos públicos”. Sin duda una visión moderna que Chile comparte y a la que añade el carácter pionero que supone desarrollar iniciativas para utilizar la contratación pública como una herramienta para la reducción de las desigualdades de género y por la que ya fue reconocido en 2019 con el Premio al Servicio Público de Naciones Unidas.
Por Alejandra Sepúlveda, presidenta ejecutiva de ComunidadMujer
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