Columna de Ana Luz Durán: Aumento en pedagogías: Una luz de esperanza ante la crisis docente
Sin duda, una de las mejores noticias que hemos recibido durante el proceso de postulación 2023 a las universidades es el aumento en las postulaciones a las carreras de pedagogía en un 51,5% respecto al año anterior. Llegamos a 13 mil postulaciones, lo que corresponde al 7% del total de postulaciones del sistema universitario.
Asimismo, y mejor aún, es que un 83,1% de las y los seleccionados que postularon a pedagogías lo hicieron dentro de las tres primeras preferencias, lo que significa un compromiso importante de los jóvenes por contribuir a la educación chilena.
Estos positivos resultados marcan un punto de inflexión en una tendencia a la baja sostenida que se ha extendido durante la última década, lo que se traduce en una disminución de un 27,3% en el total de estudiantes que cursan pedagogía desde los 96 mil en 2012 a 69 mil estudiantes en la actualidad.
Nuestro país ha estructurado una política pública sobre un nuevo paradigma que consolida un marco regulatorio robusto que se articula sobre criterios más selectivos a las carreras de pedagogía, estándares de Formación Inicial, Desarrollo Profesional Docente, Ley de Educación superior, entre otras, con pleno acuerdo en que contribuyen a mejorar la calidad de los profesores, profesoras y educadoras.
Llevamos décadas intentando resolver el problema de la calidad educativa. Hoy, las secuelas de la pandemia nos obligan a cerrar brechas y abordar problemas de convivencia, ausentismo escolar y deserción.
Estas positivas cifras nos dan una luz de esperanza frente al complejo déficit docente que se proyecta al 2025 de 30 mil profesores. Sin embargo, es ahora el momento de generar incentivos efectivos para los jóvenes que estudian pedagogía, fortaleciendo programas como la Beca Vocación de Profesor y revisando la carrera docente, haciéndola más moderna y atractiva -especialmente para los profesores jóvenes que tienen buen desempeño-, además de aumentar sus remuneraciones. Requerimos no solo más docentes, sino que también condiciones favorables para el ejercicio docente en una política pública de Estado que se proyecte en el largo plazo.
Si bien este no es el final de una crisis, estos resultados marcan un cambio en el escenario de la docencia en Chile. Tenemos que preguntarnos por los factores que han incidido en este contexto: puede haber un impacto por la importancia de la educación y la motivación por contribuir a la formación de las futuras generaciones de chilenos. No olvidemos el rol crucial del profesor en la sociedad: a lo largo de su vida laboral recibe a más de 5 mil alumnos en sus aulas.
Finalmente, un punto para estudiar es el impacto de la fijación del puntaje en 502 puntos para postular a las pedagogías, el año pasado el puntaje de mínimo fue de 498 puntos y en esta postulación usamos otra escala. Esperemos que este no haya sido el factor principal; si es así, es momento de evaluar la política pública porque el país requiere de docentes bien formados para salir definitivamente de la crisis.
Por Ana Luz Durán, decana Facultad de Educación U. San Sebastián. Presidenta del Consejo de Decanos de Universidades Privadas Acreditadas
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