Columna de Andrés Benítez B.: La urgencia de abordar la convivencia escolar

Profesora-en-sala-de-C-2763819.jpg
Juan Farias


El 26 de abril se celebra el día de la convivencia escolar. Como siempre, estos acontecimientos pueden convertirse en otra anécdota más o en una posibilidad de trabajar realmente la convivencia escolar en los colegios. Sabemos que a estas alturas los colegios ya están “en marcha” con un montón de tareas por realizar, pero no podemos olvidar lo que está pasando en nuestro país respecto al tema y a la violencia escolar que se ha venido produciendo en los últimos meses, luego del regreso presencial a clases.

Vemos que, a estas alturas, en la mayoría de los establecimientos escolares, la convivencia se transforma en intervenciones de problemas y de alumnos/as que presentan dificultades para adaptarse al ambiente escolar y a las reglas del establecimiento. En ese sentido a los colegios se les pide una rigurosidad impresionante a nivel legal y a nivel de intervenciones psicosociales, donde muchas veces tienen que abordar situaciones de salud mental urgentes.

Pero ¿cuál es el rol real de las escuelas en cuanto a la convivencia escolar?

Si vemos la bibliografía o nos vamos a la esencia de los establecimientos educacionales, podríamos pensar a grandes rasgos en dos: convocar, y prevenir/acompañar en la educación emocional de los alumnos y las alumnas.

Los colegios son mucho más que una institución educacional, son centros comunitarios donde reúnen a los vecinos del lugar y a sus niños, niñas y adolescentes. Es más, en muchos casos es el lugar donde más cercanía existe con los vecinos. Es donde se realizan diferentes actividades extraprogramáticas, bingos, colectas, se dan almuerzos y desayunos. La esencia tiene que ver con la cercanía y apertura a la comunidad.

Además, más allá de lo pedagógico, toda la comunidad escolar espera que los alumnos y las alumnas puedan educarse con habilidades socioemocionales, tener capacidad de resolver conflictos y entender los distintos contextos, para relacionarse con los demás, y poder aportar a la sociedad.

¿Entonces qué pasaría si ese día convocamos y reflexionamos? ¿Cómo sería hacer parte a toda la comunidad escolar de la convivencia escolar?

Es el gran desafío que se tiene, transformar el día de la convivencia escolar más que en una anécdota, en una posibilidad de construir en conjunto “las reglas de juego” de cómo la comunidad entera se va a relacionar. Y va de la mano con todas las recomendaciones realizadas por los expertos que hablan de que la mejor manera de enfrentar la violencia es la participación, cosas que se han plasmado en la nueva política de Convivencia Escolar de Fundación Nocedal, creada a partir de la nueva realidad post pandemia, y que se trabajarán el día 26 de abril en los cuatro colegios de la institución, con la participación de toda la comunidad escolar.

Volvamos a la esencia de la convivencia escolar, convoquemos, formemos y, entre todos juntos, construyamos acuerdos de amabilidad y buen trato.

Necesitamos de la colaboración de todos para poder combatir esta ola de violencia escolar, y, por lo tanto, también es una invitación para que en las casas podamos hablar y reflexionar con los niños, niñas y adolescentes de estos temas que hoy muchas veces toman la agenda del país.

Por Andrés Benítez Beas, psicólogo clínico, coordinador área psicosocial, Fundación de Educación Nocedal.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.