Columna de Anita Holuigue: La pirámide invertida
Chile está viviendo un proceso de envejecimiento poblacional. Nuestra baja tasa de fecundidad y un aumento sostenido en la esperanza de vida al nacer, nos lleva irremediablemente hacia lo que podríamos llamar una “pirámide invertida” poblacional. La proyección para 2035 es que un 16% de la población tendrá menos de 15 años, en tanto un 19% tendrá más de 65 años. Y veremos cómo el Censo 2024 cambiará esa proyección, posiblemente haciendo que disminuya la proporción de menores. Así, a poco andar habrá menos niños y más viejos que sostener y cuidar.
La pregunta que surge es, ¿quiénes sostendrán y cuidarán a esta población añosa, con los mayores costos que conlleva? Una realidad que se hace más preocupante al considerar que quienes están teniendo más hijos son personas con un bajo nivel educacional y por tanto un menor nivel esperado de ingresos.
Estos datos nos deben llevar a reflexionar respecto a las políticas públicas que nuestro país debiera llevar adelante.
La primera inquietud es qué políticas efectivas de estímulo a la maternidad estamos abordando. Y digo a la maternidad porque al parecer son las mujeres las que se están mostrando más resistentes a la idea de tener hijos por el alto costo que para ellas significa. Si han de tener hijos, prefieren que sea más tarde. ¿Y qué pasa con la paternidad? ¿Es que acaso no es de a dos esto? Un dato importante, Chile es el país de la OCDE que tiene el más alto porcentaje de hijos nacidos fuera del matrimonio, más de un 70%. Es indudable que necesitamos políticas y prácticas que faciliten la conciliación entre el trabajo y la crianza, y que lleven a una real corresponsabilidad.
Pero no es todo. La transformación de nuestra pirámide poblacional nos está diciendo que pronto necesitaremos más lugares de cuidado para viejos que para niños. Esta tarea hoy la llevan adelante, silenciosamente, las mujeres, que deben tantas veces postergar su vida para cuidar a otro que no es autovalente. Chile necesita un sistema nacional de cuidados bien enfocado y bien administrado.
Y cuando hablamos de pensiones, los slogans abundan. ¿Será mucho pedir la proyección de pensiones futuras bajo los distintos escenarios que se barajan, considerando que cada vez habrá más proporción de jubilados en relación a personas en edad de trabajar?
Y en educación, es razonable pensar que necesitaremos una educación continua que permita a las personas de mayor edad no quedar fuera de las nuevas habilidades que serán indispensables para desenvolverse. ¿Y la ciudad, su transporte, sus servicios, están preparándose para la accesibilidad que se necesitará? ¿O deberemos ver a nuestros adultos mayores confinados en sus viviendas porque muy poco está hecho pensando en ellos?
Muchas preguntas me surgen luego del titular que hizo noticia. La vejez está siendo la etapa más larga de la vida, más que la infancia, la juventud y la adultez. Sí, y muy pronto habrá más viejos que niños.
Por Anita Holuigue, vicepresidenta de ComunidadMujer