Columna de Anuar Quesille: Garantizar el derecho a la educación

Colegio Santiago Municipal Educación Liceo
Garantizar el derecho a la educación.

Uno de los problemas más urgentes es el ausentismo escolar que afecta de manera desproporcionada a sectores más vulnerables.



El inicio del año escolar en Chile debiera ser una buena noticia para todas las niñas, niños y adolescentes. Sin embargo, los datos sobre ausentismo, desvinculación y violencia en el entorno educativo nos recuerdan que aún hay un largo camino a recorrer para garantizar un acceso equitativo y seguro a la educación. El desafío es mayúsculo, y sólo con medidas decididas y transformadoras lograremos revertir esta crisis y consolidar un sistema educativo inclusivo y a la altura de desafíos de este tiempo.

Uno de los problemas más urgentes es el ausentismo escolar que afecta de manera desproporcionada a sectores más vulnerables. La inasistencia no sólo compromete el aprendizaje, sino que también expone a los niños y niñas a mayores riesgos de precariedad, explotación, trayectorias problemáticas de vida. Si bien algunos indicadores muestran una mejoría, estamos lejos de alcanzar los niveles prepandémicos. Es fundamental que el Estado adopte medidas concretas para garantizar que ningún niño que viva en Chile quede fuera de la escuela. Esto implica fortalecer la educación pública, apoyar a las familias con recursos y orientación, y establecer mecanismos efectivos para la identificación temprana de estudiantes en riesgo de abandono.

A la crisis del ausentismo se suma otro desafío: en los últimos años la convivencia escolar se ha visto deteriorada por múltiples factores, como la desigualdad, la crisis social y la normalización de la violencia en distintos ámbitos de la vida. Frente a esto, se requiere una estrategia integral para hacerle frente. No podemos permitir que la escuela sea un espacio de vulneraciones, exclusión o donde sentir temor. Es imperativo construir una cultura de cuidado y responsabilidad donde prevención e intervención temprana sean constantes.

Las soluciones no pueden ser superficiales ni aisladas; muchas se han discutido ya hasta el cansancio, pero lo urgente es que se expresen en políticas públicas donde la educación realmente se entienda como derecho y un pilar para la cohesión social. Esto implica desde programas de reinserción para estudiantes que han abandonado la escuela, hasta estrategias de apoyo y acompañamiento para familias, cuidadores y cuerpos docentes. También se requiere una acción decidida para erradicar la violencia y garantizar ambientes escolares seguros, con protocolos claros y apoyo psicosocial para quienes lo necesiten.

Muchas de las causas que llevan a que niños y niñas no accedan a la educación, la abandonen, sean expulsados o sufran violencia tienen relación con desafíos pendientes. La educación debe ser el primer bastión contra la desigualdad, la violencia, la soledad. Ningún niño, niña, debería correr peligro de ser reclutado por el crimen organizado o caer en redes de explotación. Es necesario asegurar una mayor justicia territorial y apoyo a quienes ejercen el cuidado (en especial, a las mujeres), entre otros. La escuela debe ser un espacio de oportunidad y desarrollo y para ello, Chile necesita comprometerse con un pacto social y político que haga de la educación una prioridad ineludible. El futuro de nuestra sociedad depende de ello.

Por Anuar Quesille, defensor de la Niñez

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