Columna de Benjamín Salas: Lo que aprendí de Sebastián Piñera

Sebastián Piñera
Lo que aprendí de Sebastián Piñera. MARIO TELLEZ / LA TERCERA

Piñera no vacilaba en defender el libre comercio, ya fuera en Bruselas, Beijing o Washington DC.



Si algo sabemos después de enero es que el orden internacional está en crisis, en Oriente y Occidente. Para quienes trabajamos con el expresidente Piñera, al cumplirse hoy un año de su partida, es difícil no imaginarse: ¿Qué nos habría dicho? Por eso, esta semana decidí desempolvar mis cuadernos con los miles de apuntes que tomé en un centenar de reuniones junto a él, con el objetivo de reproducir algunas ideas sobre su visión de las relaciones internacionales.

En septiembre de 2018, en el Salón Oval de la Casa Blanca, el Presidente Trump le preguntó al Presidente Piñera: “¿Usted sabe que Chile tiene un déficit comercial con Estados Unidos?”. Piñera le respondió: “Por supuesto, pero no se preocupe. No tengo ningún problema con ello, porque lo importante para mí es la balanza comercial general, donde Chile registra un superávit”. Recuerdo que el Presidente Trump quedó sorprendido, casi incrédulo. Así, en la mitad de una guerra tarifaria -no muy diferente a la que estamos viviendo hoy-, el Presidente de Chile le explicaba cómodamente a Trump por qué las relaciones comerciales no pueden examinarse en forma aislada, sino como parte de un todo.

Lo cierto es que el expresidente Piñera no vacilaba en defender el libre comercio, ya fuera en Bruselas, Beijing o Washington DC. Consciente del impacto limitado que podía tener su discurso, su defensa le permitía transmitir a todas sus contrapartes qué tipo de socio es Chile. En octubre de 2018, Piñera le dijo al entonces presidente de la Comisión Europea: “Si usted quiere, podemos negociar medidas específicas para proteger ciertas industrias, pero el proteccionismo es un mal camino”. En el plenario del G20 en Japón, frente a los principales líderes mundiales, expresó: “Necesitamos reconstruir un orden económico multilateral basado en reglas conocidas y respetadas por todos, que promueva el libre comercio, la integración y los flujos de inversiones, que combata el proteccionismo, que elimine barreras al comercio, armonice regulaciones y que además establezca reglas universales que impidan y sancionen conductas unilaterales que atentan contra ese orden internacional”. Más claro, imposible. Para lograr estos objetivos, el exmandatario creía en fortalecer y no dinamitar la institucionalidad internacional. En una reunión con el Presidente Xi Jinping, le dijo: “Es fundamental modernizar -y pronto- la Organización Mundial del Comercio para sancionar prácticas desleales”.

Entonces, ¿que nos habría dicho Sebastián Piñera hoy? Probablemente: defiendan los principios de la libertad, incluyendo la libre circulación de bienes, servicios e inversiones; defiendan la importancia de cumplir con los acuerdos comerciales, para lo cual una institucionalidad internacional sólida es necesaria; enfrenten con firmeza y argumentos las amenazas de tarifas unilaterales, pues así se destruye la economía mundial, y, por último, cuiden las relaciones con sus principales socios, en la forma y en el fondo.

Por Benjamín Salas, abogado, colaborador asociado Horizontal

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