Columna de Bernardita Soto: Crisis educacional, la inercia tiene costos
No se requiere un magister ni un doctorado, para saber que la crisis educacional en la que nos encontramos es de proporciones insospechadas.
Hace ya algunas semanas que la región de Atacama, en específico las comunas de: Copiapó, Caldera, Tierra Amarilla, Chañaral y Diego de Almagro; están inmersas en una catástrofe educativa , la que se visibiliza mediante la detección de graves irregularidades en el Servicio local de Educación Pública de la región. Se han constatado las deplorables condiciones en que se encuentran 46 colegios, entre ellas: servicios básicos de los establecimientos que no funcionan, profesores y alumno/as que no cuentan con los materiales necesarios para el desarrollo educacional, establecimientos con una sanitización inapropiada donde hay plagas de ratones y palomas.
Lo señalado anteriormente hace que más de 30 mil estudiantes estén al borde de perder el año escolar.
¿Cómo es posible que durante 70 días niños y niñas de la región de Atacama no puedan asistir con normalidad a clases? ¿Cómo se entiende que el Estado no se haga responsable de esta vulneración a los derechos fundamentales de las niñas y niños de nuestro país? ¿Cómo podemos llegar a tener tales niveles de segregación, producto de una ineficaz y pasiva toma de decisiones?, todo lo que he mencionado, ¿sigue perjudicando a miles de inocentes?, y finalmente ¿Cómo es posible que no tengamos claridad frente a las prioridades reales en materia de educación?
La seguida de crisis en los diversos niveles y ámbitos de la educación son terribles, pues si nos ponemos a enumerar cada una de las dificultades en este ámbito, podríamos escribir un libro.
Sin ir más lejos, la semana pasada presenciamos por la televisión nuevamente como jóvenes de un liceo emblemático, a estas alturas, de los que eran liceos emblemáticos, nuevamente generando disturbios en la vía pública. Y en estos casos ¿Qué pasa? ¿Qué está haciendo el gobierno? ¿Hay algún tipo de intervención para poder recuperar esos establecimientos? ¿Qué tiene que pasar para que se tomen cartas en el asunto, más micros en donde se obliga a bajar a ciudadanos que van camino a sus casas y/o trabajos y que posteriormente son incendiadas sin sanción alguna?
Por otra parte, la semana pasada se dio a conocer el “error” en donde JUNAEB, entregó 9.227 computadores en 2022 por $2.609 millones.
Cómo con todo lo anterior, no va a ser urgente un cambio en la conducción de tan relevante Ministerio. Una cartera que debería ser prioridad, un ministerio que debería ser innovador, en donde se mira y apuesta por la excelencia, con visión de futuro, porque el futuro de Chile yace en gran parte en la calidad de la educación en sus distintos niveles. Pero lamentablemente este es un ministerio sin acción, sin sentido de urgencia y donde todos los días solo parece reaccionar a los distintos eventos.
Es absolutamente necesario que tengamos un Ministerio de Educación con una planificación rigurosa, que apunte a la eficiencia y efectividad de sus políticas públicas y programas que aborden las problemáticas al corto, mediano y largo plazo. Sabemos que esto no se soluciona en 4 años, sin embargo, podemos avanzar en 4 años y este gobierno no lo ha hecho, muy por el contrario, lo que vemos es solo retroceso, pasa el tiempo y el costo de la inercia será invaluable.
María Bernardita Soto S., subsecretaria Amarillos x Chile.
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