Columna de Carl Meacham: Trump en guerra con el Estado: ¿reforma o ruina?
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El segundo mandato de Donald Trump comenzó con un nivel de control y agresividad sin precedentes.
El segundo mandato de Donald Trump ha comenzado con un nivel de control y agresividad sin precedentes. En solo cuatro semanas, ha desmantelado agencias, reducido la burocracia, reorientado la política exterior y profundizado la guerra cultural. Para sus críticos, es caos; para sus seguidores, el cumplimiento de promesas.
La reducción del gobierno ha sido brutal. Con Elon Musk como asesor, la administración ha despedido más de 42,000 empleados federales, con planes de eliminar más antes de fin de año. USAID ha congelado $8,200 millones, y el Departamento de Estado ha perdido 23% de sus diplomáticos de carrera. En Washington, el éxodo es masivo: miles de empleados han optado por la jubilación anticipada y más de 70 juicios desafían las medidas de Trump en los tribunales.
El impacto económico es mixto. Su agenda pro-empresarial—menos impuestos, menos regulación y más apoyo a los combustibles fósiles—ha impulsado multimillonarias inversiones en el sector energético. Pero su plan de aranceles contra China, México y Canadá ha sacudido los mercados, con el Dow Jones cayendo 4.7% en un mes. Además, la amenaza de aranceles del 60% a vehículos eléctricos chinos y nuevos impuestos a automóviles, microchips y productos farmacéuticos ha generado incertidumbre.
Las redadas migratorias han sembrado el caos en sectores clave. Empresas de construcción, agricultura y hotelería, que dependen de trabajadores indocumentados, temen interrupciones masivas. Mientras tanto, la reestructuración federal y la presión de Musk y su “Departamento de Eficiencia Gubernamental” han llevado a 40,000 empleados a reconsiderar su futuro, generando inestabilidad en varias industrias.
La política exterior ha dado un giro radical. Trump ha impulsado negociaciones directas con Putin, ignorando a Zelensky, y ha exigido que los aliados de la OTAN aumenten su gasto militar. Alemania ha respondido con un 35% de incremento en defensa, y Polonia elevará su gasto al 4% del PIB, el más alto de la OTAN. En América Latina, Trump estudia retomar control del Canal de Panamá y ha dado señales de no interferir con Maduro, siempre que no obstruya la deportación de venezolanos.
En México, el Senado ha aprobado la entrada de tropas estadounidenses para entrenar a la Infantería de Marina mexicana en combate. Este despliegue refleja la creciente militarización de la cooperación en seguridad, mientras la retórica de Trump sobre inmigración y comercio tensiona la relación bilateral.
En el ámbito cultural, ha desmantelado programas de diversidad y equidad, dando 14 días a agencias y universidades para cumplir con las nuevas reglas o perder financiamiento federal. Ha prohibido la participación de atletas transgénero en deportes femeninos. En el Centro Kennedy, ha instalado nuevos líderes leales a su visión, prometiendo “no más espectáculos de drag ni propaganda antiamericana”. La NAACP ha presentado múltiples demandas, pero su base celebra estas acciones como una corrección al “exceso progresista”.
Las encuestas reflejan la polarización: 70% de los votantes de Trump creen que está cumpliendo sus promesas, pero su aprobación general se mantiene en 46%, con moderados e independientes cada vez más preocupados. La inflación ha subido 0.5%, las ventas minoristas han caído 0.9%, y la producción industrial ha bajado 0.1%. Las tasas hipotecarias promedian 6.8%, dificultando el acceso a la vivienda.
Trump no solo gobierna, está desmantelando el sistema. Con un Congreso dócil y tribunales bajo presión, los próximos meses definirán si su tsunami de reformas se consolida o enfrenta una verdadera resistencia. Lo que es indiscutible es que libra una guerra total contra las instituciones que han definido el gobierno estadounidense por generaciones. Si eso es un triunfo o una catástrofe, depende de la perspectiva de cada uno.
Por Carl Meacham, exasesor republicano del Comité de RR.EE. del Senado de EE.UU. y representante en EE.UU. de Azerta.
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