Columna de Carlos Correa: El precio de la silla musical

cambio gabinete

El nuevo gabinete tiene tareas por doquier y no tiene tiempo. Si bien las declaraciones de la ahora ministra del Interior, cuando era simple ciudadana, apuntaban a seguir con el proceso constituyente, las exigencias de la sociedad serán otras y centradas en problemas concretos.



El Presidente concretó su cambio de gabinete, y en un mismo acto nombró a varios subsecretarios. En la suma aritmética, el Socialismo Democrático salió ganando y el giro hacia la moderación será evidente por la nueva ministra del Interior, una política probada con trayectoria destacada en los gobiernos concertacionistas. Pero después de los resultados ya no hay ánimo de esas antiguas reyertas “anticoncertas”, pues el domingo no fueron ni 30 pesos, ni 30 años, sino solo un poco más de 30 por ciento.

También en otros cargos, el presidente optó por figuras con experiencia política, capacidad de articulación, y probadas redes en el mundo del progresismo. Con ello se configura un comité político donde el Frente Amplio pierde su mayoría y el gobierno debiera salir de esa lógica del diagnóstico, que tenía la exministra Siches, y entrar en las soluciones.

Pero a cambio se dio un gusto personal que hará rechinar los dientes a sus aliados. Optó por premiar con una silla musical en el Ministerio de Desarrollo Social a su compadre de luchas, que se ha convertido en el Diego Portales del Frente Amplio. El enojo en el Congreso se hará sentir, pues la serie de anticuerpos que ha acumulado en su trayectoria tiene la mayor expresión en Valparaíso. Dice Maquiavelo que la política no tiene que ver con la moral, por lo que en este caso Boric optó lo incorrecto y así seguir demostrando poder. Con Jackson en el ministerio que sea, el camino para llegar al mandatario será el mismo. Pese a la calidad política reconocida de los nuevos ministros Segpres e Interior, tendrán que convivir con el primado.

Se desató también esa nueva moda de arqueología digital que busca derribar autoridades, con el primer designado para la subsecretaría del Interior, un cuadro correcto del PC, como la víctima de la ocasión. Duró poco más de una hora en el cargo.

El nuevo gabinete tiene tareas por doquier y no tiene tiempo. Si bien las declaraciones de la ahora ministra del Interior, cuando era simple ciudadana, apuntaban a seguir con el proceso constituyente, las exigencias de la sociedad serán otras y centradas en problemas concretos. De partida, debe recobrar la confianza de los ciudadanos en materia de seguridad pública, con énfasis en la macrozona sur, y ahora que el clima ha cambiado, en la porosa frontera norte. Necesita mostrar soluciones concretas en el corto plazo, y en estos días, es más corto aún de lo que fue antaño.