Columna de Carlos Correa: Las señales primarias
Este miércoles 10 de abril vence el plazo fijado por el Servel para que los partidos presenten sus propuestas en las primarias municipales, y por tanto, será el día que se sabrá cuáles son los pactos con los que comienza el nuevo ciclo electoral. Ese mismo día el eje de atracción de la política empieza lentamente a abandonar La Moneda y moverse hacia los partidos, las futuras candidaturas presidenciales y las nuevas coaliciones.
Si bien el gobierno ya enfrentó tres elecciones durante su período, en todas las anteriores, para bien o para mal, era el protagonista. El plebiscito de septiembre de 2022 era, según el diseño de partida de la actual administración, el momento donde se destapaba el verdadero programa de cambios, las reformas profundas que iban a dejar atrás el Chile de las injusticias. El balde de agua fría configuró completamente al gobierno hacia adelante y significó el fin de la utopía de cambios profundos. La elección de consejeros del año pasado se constituyó en un plebiscito sobre la gestión gubernamental, en especial en seguridad, con un resultado favorable a los más duros entre los duros. La tercera elección estableció un límite a la derecha, y fue un respiro para el Ejecutivo, pues el triunfo de una nueva constitución liquidaba a la gestión actual.
Esta elección municipal y de gobernadores decide mucho a futuro, pero tiene poco peso en el devenir de las actuales autoridades, salvo que el día después de los resultados deben partir varios ministros y subsecretarios a contiendas electorales. Las verdaderas señales es que marcarán una futura elección presidencial donde nada está dicho. Si bien Matthei tiene una ventaja considerable sobre sus contrincantes, las contiendas anteriores muestran que la carrera definitiva es el último año y la actual alcaldesa suele meter las patas en las carreras presidenciales. Además de ello, en las municipales saldrán a resurgir nuevos liderazgos, ¿Qué pasa si Marcela Cubillos arrasa en la municipal de Las Condes y posterior a ello abre una caja de pandora como hizo la alcaldesa Merino en Vitacura? ¿Qué ocurre si el candidato elegido por la actual alcaldesa de Providencia pierde la elección o no tiene el apoyo cerrado de toda la derecha?
En el oficialismo ocurren situaciones similares. Los ministros que podrían tener proyecciones presidenciales no han logrado despegar y varios en los partidos miran con atención lo que pueda hacer Orrego en la gobernación de Santiago, o que ocurre en Maipú, con el fenómeno Vodanovic. También la pérdida de la mesa de la Cámara debilitará al comité político, complicando más a quienes tienen opciones presidenciales, y la idea que Marcel pueda crecer como candidato presidencial es definitivamente peligrosa para su gestión. Buena parte de su prestigio se basa en la transversalidad de su gestión, y el respeto que genera en todos los espacios. Con su experiencia, no escuchará los cantos de sirena, a los que otros ministros de Hacienda anteriores inocentemente cayeron.
Así, todas estas interrogantes empezarán a resolverse el día miércoles donde se resolverán pactos y primarias, y comenzará el lento declinar del protagonismo de la actual administración. Por ello, es imperioso ocupar los últimos focos para impulsar el acuerdo de una reforma política que ponga freno a los díscolos y a la dispersión. La derecha, amenazada por Cubillos y otros que podrían aparecer, debiera ser el principal interesado en construir ese acuerdo con los actuales ministros de Palacio.
Por Carlos Correa Bau, ingeniero civil industria, MBA.