Columna de Carlos Correa. No hay Atocha en San Sebastián
La revelación en una nota de El Mostrador del desmesurado sueldo de la ex convencional Marcela Cubillos en la Universidad San Sebastián (USS) ha generado una crisis con extensión de varios días, hasta tal punto que dos directivos de la Universidad tuvieron que salir a aclarar el asunto, sin éxito. La propia nota de El Mostrador daba a entender que dicha Universidad actuaba como un refugio económico muy generoso para los períodos de reposo que requerían los políticos de derecha.
La filtración tuvo, al parecer, origen en el mismo sector. La propia afectada lo insinuó al plantear que estaba asombrada que solo apareciera su remuneración de 17 millones, y no la del resto de la UDI. La pelea que se armó, incluyendo enredos de Evelyn Matthei al referirse al tema muestran que estamos ad portas de una guerra civil como la que se vivió en la elección presidencial de 2013, o peor aún la del lejano Kyotazo.
Varios en el oficialismo han atizado el fuego pensando que en esta crisis se ve un “efecto Atocha” que podría cambiar el signo de la elección municipal y regional del 26 y 27 de octubre. Ese efecto recuerda la elección española de marzo de 2004. Tres días antes un atentado terrorista en los trenes que confluían en la estación de Atocha horrorizó a España, y cambió la intención de los votantes al culpar el gobierno de derecha a ETA. La mentira descarada llevo a un inesperado triunfo del PSOE que había optado por un candidato perdedor.
Si bien el caso Hermosilla saltó a la derecha, y en particular a la USS, el daño será acotado en algún que otro candidato que salga mencionado, incluso si la contienda en la derecha afecta a Evelyn Matthei. Todas las encuestas muestran que la suma de los apoyos a candidatos presidenciales de oposición es mucho mayor que la de los candidatos más cercanos al oficialismo. La suma de la derecha se parece peligrosamente al rechazo que tiene el gobierno, que es mayor que el porcentaje de apoyo.
Puede pasar que en esta elección municipal la derecha no sea mayoría de alcaldes, pues hay más de 100 candidatos a lo largo del país que son independientes y representan el enojo ciudadano. Son simbólicos algunos casos como el Abuelo en La Pintana (que se ha convertido en el principal contendor de la alcaldesa Pizarro), Toledo en Puente Alto, San Martín en Las Condes, Velásquez en Antofagasta o Riffo en Concepción. Pero el éxito de ellos no puede ser leído como una derrota de la derecha, sino del status quo político. Juan Pablo Luna lo explica en una entrevista en este medio, cuando dice que hay un desfonde de legitimidad, y que nadie sabe que puede pasar con el voto obligatorio.
Los efectos políticos del caso USS pueden terminar en un cambio de la correlación de fuerzas dentro de la derecha. Puede producirse la paradoja, al igual que en el Kyotazo, que la víctima de la operación termine saliendo mejor parada. Eso no es una buena noticia para el gobierno, pues lo que provocará es un endurecimiento de la oposición.
La primera prueba de ello es la acusación constitucional a la ministra Tohá. Al igual que todas las otras que se han presentado en este gobierno, y varias en el anterior, no tiene absolutamente ningún sentido pues la ministra si algo no ha hecho es abandonar sus deberes. La única razón política es la necesidad de evitar la guerra civil y generar unión en el sector, como lo dijo Marcela Cubillos. Al final del día, además de los 17 millones, habrá ganado un liderazgo político inesperado.
Por Carlos Correa Bau, Ingeniero Civil Industrial, MBA.
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