Columna de Carlos Ominami: Líneas rojas

Consejo


Ojalá prospere el llamado del Presidente Boric a todas las fuerzas políticas para desbloquear la reforma de pensiones y la tributaria, esencial está última para asegurar el financiamiento de la primera. El gobierno enfrenta este debate en condiciones difíciles. No tiene mayoría en el Congreso y se ha consolidado en la ciudadanía la idea que los fondos son de propiedad individual y deben ser heredables lo que deja poco espacio a mecanismos solidarios propios de la seguridad social. Así, no obstante su importancia, no es en el terreno de esas reformas en donde el gobierno y las fuerzas progresistas podrán recuperar la iniciativa y salir del rincón al que condujo la ofensiva opositora. Lo que en este plano se obtenga puede ser un progreso respecto de la situación actual, pero estará lejos de nuestras aspiraciones.

Por el contrario, es en torno a la cuestión constitucional en donde se puede todavía librar una batalla mayor y recuperar una cierta épica. En cuatro meses más, en el plebiscito del 17 de diciembre se jugará no solo el desenlace del debate constitucional; su resultado será determinante para el gobierno y anticipará mucho de lo que pueda suceder en las elecciones del 2025. Digámoslo con claridad: la aprobación de un texto con una impronta republicana deja abiertas las puertas de la Presidencia a José Antonio Kast.

Se requiere una alianza amplia en contra de la regresión que representan las propuestas del Partido Republicano. El borrador propuesto por la Comisión Experta constituye un buen punto de partida en la medida en que garantiza a futuro a las fuerzas políticas la posibilidad de luchar por sus posiciones en el marco del juego democrático. Una Constitución que defina reglas justas para habilitar el ejercicio de la política representa un avance innegable respecto de la actual. Para disponer de una Constitución legítima que cuente con un amplio respaldo se necesita un texto más bien neutro que expresamente renuncie a incorporar el programa de un sector, por mayoritario que pueda ser en un momento determinado. Así son las constituciones que perduran en el tiempo.

El texto propuesto por los expertos cumple con esta condición. Los partidarios de Kast no lo estiman así. Con urgencia debieran definirse las líneas rojas a ser defendidas en el Consejo Constitucional. No son muchas pero sí esenciales: primacía de los tratados sobre derechos humanos, igualdad de géneros, derechos reproductivos, Estado Social y democrático, quórums de reforma, el agua como bien público. Hay que impedir que prosperen las enmiendas de los republicanos. Ellos son mayoría, pero necesitan votos de los partidos de Chile Vamos. Hay que poner a prueba la solidez de las convicciones democráticas de estos últimos. Ahora bien, si finalmente los partidos de Chile Vamos se pliegan a las posturas de los republicanos no quedará otra opción que ir por el rechazo el próximo 17D para derrotar en las urnas lo que en propiedad se podría llamar la Constitución de Kast.

Por Carlos Ominami, economista

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