Columna de Carolina Goic: El cáncer y la inequidad territorial

san borja


Hace algunos días este medio publicó una nota donde se hacía referencia a la concentración de médicos oncólogos en la Región Metropolitana en desmedro del resto de las regiones donde se retrataba, a través de casos, la dura realidad que viven miles de familias chilenas que habitan fuera de la capital y donde alguno de sus integrantes es paciente oncológico. Resulta evidente que enfrentar la inequidad territorial es un desafío pendiente en cáncer y la formación de especialistas es parte de ello.

En el registro de la Superintendencia de Salud figuran el año pasado 207 oncólogos médicos inscritos. Siguiendo los estándares OCDE deberíamos tener un especialista por cada 150 nuevos diagnósticos, es decir, necesitamos 400 oncólogos dedicados 44 horas para cubrir los 60 mil nuevos pacientes que tenemos en Chile cada año. La brecha se agrava si consideramos que nuestra capacidad formadora en los siete centros que tenemos en el país es limitada.

El próximo año deberíamos tener 18 nuevos oncólogos y para 2025, a pesar de grandes esfuerzos, no lograremos duplicar esa cifra. Pero no se trata solo de más oncólogos, ya que, del total de inscritos, solo el 32% de las horas están en el sector público y, además, concentrados en Santiago. Muchas regiones tienen solo a un especialista en el área, con la fragilidad que esto significa y el costo para la atención de los pacientes.

Considerando esta realidad, la Ley Nacional del Cáncer contempla una Red Oncológica que consiste en instalar centros de atención de diversa complejidad a lo largo de todo nuestro territorio. Pero para impactar en equidad, se requiere un crecimiento sistémico que contemple no solo infraestructura, sino también equipamiento y formación de recursos humanos. Abordar las brechas existentes requiere también una mirada interdisciplinaria y la implementación de estrategias que nos permitan poner un acelerador en el desarrollo de capacidades de diagnóstico y atención.

Ser exitosos en disminuir la mortalidad del cáncer en Chile requiere de una estrategia nacional de formación de recursos humanos que hoy no existe y que parte por reconocer la necesidad de formar no solamente oncólogos, sino también el resto de profesionales que se requieren en cáncer: radioterapeutas, cirujanos, enfermeras, sicólogos y trabajadores sociales, entre otros.

No tendremos cambios sustantivos si los especialistas se siguen concentrando en el sector privado, acrecentando los niveles de inequidad. No es solo un tema de incentivos, sino más bien de establecer con claridad que en cáncer y en salud no pueden ser los recursos los que determinen el garantizar el “derecho a la salud”. Ya lo demostramos en pandemia, la colaboración público-privada para poner todas las capacidades de nuestro país al servicio de salvar vidas requirió que la autoridad fijara las condiciones con criterio sanitario y no al arbitrio del mercado. Aprendamos de los que hemos sido capaces de hacer frente al Covid para enfrentar la pandemia del cáncer.

Por Carolina Goic, directora ejecutiva del Centro para la Prevención y Control del Cáncer (CECAN), y académica de la Escuela de Medicina, Pontificia Universidad Católica de Chile